Castellón. Resignación en las tascas.

.REPORTAJE temor y resignación LOS CLIENTES OPINAN...

Resignación en las tascas

Los agentes de policía controlan el cierre de los locales a medianoche por primera vez.Empresarios y clientes asumen la restricción horaria en la zona de copas con resignación.

Mediterráneo - 17/12/2010 - DAVID P. SOLVES

Merche retira de la barra tres copas de vino tinto y una tapa de patatas con una deliciosa salsa cremosa mientras Ana busca en su monedero diez euros para pagar el pedido. Fuera de La Tasketa, en la calle Barracas, lo que una hora antes era un hormigueo de risas y botellines de cerveza ahora apenas lo forman grupitos de gente joven mirando el reloj.

Son las 23.01 horas, las sillas de la plaza Santa Clara ya están plegadas ante la discreta mirada de cinco agentes de la Policía Local en corrillo. Apenas quedan 59 minutos para que llegue la hora ZAS y las persianas de las siete tascas griten por primera vez hasta mañana. "Tenemos miedo a que la ZAS nos afecte, hoy quizá no hayamos notado la diferencia porque estamos casi en Navidad y la gente sale sin saber cuáles son las nuevas condiciones de cierre, pero cuando se acostumbre a que a las doce bajamos la persiana veremos qué sucede", admite Nicoleta, camarera de la tasca La Guindilla, mientras sirve una caña de cerveza a un cliente.

El comprensible temor de quien se gana la vida sirviendo montaditos de jamón serrano y copitas de vino contrasta con la despreocupación de la joven que no piensa cambiar de hábitos solo porque una nueva regulación aprobada a raíz de una sentencia judicial obligue a bajar la persiana y cerrar la puerta del negocio a medianoche. "No sabía que hoy entra en vigor la ZAS, pero me da igual, seguiré viniendo pese a que cierre el local a las doce; si nos limitan la hora, vendremos más pronto", promete Ana Belén García entre risas a la espera de que Merche, la camarera de La Tasketa, se cobre la consumición. "No entiendo cómo pretenden que esto sea como Benicàssim, espero que no se lo carguen porque es la mejor zona de ocio de Castellón", añade a este diario con firmeza.

En la calle, Álex García da un trago al botellín de cerveza en compañía de tres amigos mientras se pregunta por qué Castellón se enfrenta a restricciones horarias en su ocio nocturno. "Los vecinos o a quien se le haya ocurrido cerrar esto antes debería darse una vuelta por Salamanca, Granada o Santiago y tomar ejemplo, vengo todas las semanas y lo seguiré haciendo", asegura.

Lorena y Ana, dos amigas de 30 y 32 años, consideran excesiva la restricción horaria impuesta por los tribunales. "Desde que empezó el conflicto con los vecinos los camareros de las tascas recogen las mesas y las botellas, han hecho lo posible por conciliar el descanso de los vecinos, por eso me parece injusto que tengan que cerrar antes", afirma Ana.

Después de comprobar que las sillas han sido recogidas a la hora estipulada, los cinco agentes municipales asignados a este operativo aguardan en la plaza Santa Clara a la hora de cierre. "Llevamos más de dos años controlando la zona y nunca hemos tenido problemas de orden público, las sillas se recogen a la hora pactada y estoy seguro de que sucederá lo mismo cuando toque cerrar", afirma uno de ellos mientras Merche limpia la barra. En unos minutos, bajará la persiana.