miércoles, 31 de enero de 2007

Miércoles 31 de enero de 2007

Ajuntament Castelló

El Ayuntamiento de Castellón propiciará que los locales de ocio del entorno de la calle Lagasca y adyacentes puedan disponer de limitadores de sonido
Martes, 30 de Enero de 2007

El concejal de Servicios Públicos, Miquel Soler, ha ofrecido a los propietarios de los locales de ocio del entorno de la calle Lagasca y adyacentes la posibilidad de que puedan disponer de limitadores de sonido en sus negocios con el fin de paliar los posibles problemas que se puedan originar en dichos locales. De esta forma, los bares mostrarían su voluntad de acogerse a esta medida y, así, conciliar el ocio de los jóvenes con el descanso de los vecinos, tal y como promueve el Ayuntamiento de Castellón.

Además, en el transcurso de la reunión que ha mantenido el concejal Miquel Soler esta tarde con los representantes de los vecinos, los representantes de la Policía Local que han asistido a este encuentro les han explicado a los residentes en esta zona que allí estaban todo el protocolo de actuación que los agentes municipales llevan a cabo en la zona. En el encuentro, el consistorio también ha informado a los vecinos de las actuaciones que ha llevado a cabo en el entorno de Lagasca y adyacentes durante los últimos dos fines de semana. Así, la Policía Local ha practicado un total de 42 inspecciones a locales; ha practicado nueve denuncias; ha realizado tres notificaciones; y ha impuesto 10 denuncias de seguridad ciudadana Ley 1/92. La actuación policial también se ha centrado en el control del tráfico, donde ha puesto 24 denuncias; seis denuncias de alcoholemia; han retirado dos vehículos; y ha practicado una denuncia por efectuar aguas menores en la vía pública.

El concejal de Servicios Públicos, Miquel Soler, ha vuelto a mostrar el apoyo del Ayuntamiento de Castellón con los vecinos afectados y su interés por conciliar el ocio con el descanso de los mismos.


Mediterráneo

El propietario de l´Hostal cerró en 1995 pero no fue indemnizado
31/01/2007

La urbanización de la calle Méndez Núñez a los 12 metros de anchura que marca el PGOU de Castellón ha tenido un protagonista indiscutible, la discoteca l´Hostal, que ocupaba dos de los inmuebles afectados por el derribo, ubicados en los números 5 y 7 de la calle.


De hecho, el 24 de mayo de 1995, siendo alcalde de Castellón, José Luis Gimeno, y días antes de ser elegido el propietario de la discoteca, Alejandro García, alcalde de Benic ssim, ambos firmaron un documento por el que el dueño del establecimiento se comprometía a cerrar el local, siempre y cuando el Ayuntamiento de Castellón le abonase el lucro cesante el día que se derribase ese centro de ocio. En principio, se estableció el pago de 103.512 euros pero, dado que la empresa Gesprode compró esos dos solares y obtuvo licencia el 20 de diciembre del 2002, el propietario de l´Hostal perdió sus derechos a la indemnización.

NUEVE DENUNCIAS EN DOS FINES DE SEMANA
Limitadores de sonido en pubs del área de Lagasca
La propuesta ha sido lanzada por el ejecutivo a propietarios de locales.
31/01/2007 REDACCIÓN

El concejal de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Castellón, Miquel Soler, ofreció ayer a los propietarios de los locales de ocio del entorno de la calle Lagasca y adyacentes la posibilidad de que puedan disponer de limitadores de sonido en sus negocios, a fin de paliar los posibles problemas que se puedan originar en los establecimientos.

Además, en el transcurso de la reunión mantenida con representantes de los vecinos, agentes de la Policía Local informaron de que en los dos últimos fines de semana se han practicado 42 inspecciones a locales, con nueve denuncias y tres notificaciones. La actuación policial también se ha centrado en el control del tráfico, con 24 denuncias (seis por alcoholemia), con la retirada de dos vehículos, y una multa por orinar en la calle.

Levante

CONTAMINACIÓN ACÚSTICA
Soler ofrece a dueños de locales de ocio de Lagasca la posibilidad de disponer de limitadores de sonido
La policía ha denunciado los dos últimos fines de semana a nueve establecimientos
Levante de Castelló, Castelló

El concejal de Servicios Públicos, Miquel Soler, explicó en una reunión, como viene siendo habitual durante las últimas semanas con los propietarios de los locales de ocio del entorno de la calle Lagasca y adyacentes, la posibilidad de que puedan disponer de limitadores de sonido en sus negocios para paliar los posibles problemas que se puedan originar en dichos locales, según han informado fuentes municipales en un comunicado. Así los bares mostrarían su voluntad de acogerse a esta medida y conciliar el ocio de los jóvenes con el descanso de los vecinos, tal y como promueve el ayuntamiento.

En el transcurso de la reunión entre el concejal Miquel Soler, los representantes de los vecinos y de la Policía Local que han asistido a este encuentro, les han explicado a los residentes en esta zona que allí estaba todo el protocolo de actuación que los agentes municipales llevan a cabo en la zona.

En el encuentro, el consistorio también ha informado a los vecinos de las actuaciones que ha llevado a cabo en el entorno de Lagasca y adyacentes durante los últimos dos fines de semana. Así, la Policía Local ha practicado un total de 42 inspecciones a locales; ha practicado 9 denuncias; ha realizado tres notificaciones; y ha impuesto 10 denuncias de seguridad ciudadana Ley 1/92.

La actuación policial también se ha centrado en el control del tráfico, donde ha puesto 24 denuncias; 6 de alcoholemia; han retirado dos vehículos; y ha practicado una denuncia por efectuar aguas menores en la vía pública. El concejal de Servicios Públicos, Miquel Soler, ha vuelto a mostrar el apoyo del Ayuntamiento de Castelló con los vecinos afectados y su interés por conciliar el ocio con el descanso de los mismos.

Valencia-OCIO
Los hosteleros activan un plan contra el ruido ante la amenaza de las ZAS
Pretenden concienciar a la gente de las consecuencias de la saturación acústica
Levante-EMV, Valencia

Colectivos de hosteleros y representantes de la industria turística de Valencia presentaron ayer un programa de actividades que tendrá como objetivo informar a los empresarios y trabajadores de la «amenaza» que representan las declaraciones de Zona Acústicamente Saturada (ZAS) para los entornos de ocio y concienciar a ciudadanos y turistas de las consecuencias que tiene la saturación de ruido en el modelo de ocio.

Esas actividades se acordaron después de que el pasado día 2 entrara en vigor la declaración del entorno de Menéndez Pelayo como Zona Acústicamente Saturada (ZAS). El Ayuntamiento de Valencia aprobó el pasado 24 de noviembre esta medida, obligado por una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat, y en su primera semana de aplicación provocó, según la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia (FEHV), pérdidas de 60.000 euros y el cierre de once locales de la zona.

A esas iniciativas, que se desarrollarán durante febrero y marzo, se unirá el programa de actividades solidarias con la zona de Menéndez Pelayo, que incluye la exposición Ocio inteligente, turismo de calidad, y con el que los empresarios quieren manifestar su apoyo y su «solidaridad» a los afectados por esta declaración ZAS.

Asimismo, los hosteleros han anunciado la reactivación de la campaña Diviértete sin molestar y la voluntad de poner en marcha un plan de choque contra el ruido nocturno con el objetivo de anticiparse a la amenaza de una sentencia que afecte a la zona de Juan Llorens.

Para los hosteleros, los principales problemas del ocio son la congestión del tráfico; los equipos de música de los coches y la concentración de público en la calle, molestias que, en su opinión, con las ZAS no se erradican sino que se trasladan de unas zonas a otras.

El objetivo de los hosteleros es implicarse en la lucha contra el ruido para así «reclamar y presionar de forma legítima a los poderes públicos para que asuman su responsabilidad política en la resolución de este conflicto, invirtiendo los necesarios recursos económicos, humanos y materiales para minimizar el problema del ocio nocturno».

Las Provincias

VALENCIA | CIUDAD
La zona de Woody sobrepasa el límite de ruido pese a la reducción de horarios
Los hosteleros dicen que las mediciones no son definitivas y que hay que esperar a febrero
La zona de ocio de Woody sigue superando los niveles de ruido permitidos pese a que a principios de enero se aplicaron restricciones horarias tras entrar en vigor la declaración de Zona Acústicamente Saturada (ZAS). Los hosteleros afirman que las mediciones actuales no son definitivas porque no ha pasado el tiempo mínimo.
C. FERNÁNDEZ/ VALENCIA

La zona de Woody sigue superando los niveles acústicos hasta las 2 de la madrugada, a pesar de que a primeros de enero se realizaron restricciones horarias tras poner en marcha la declaración de Zona Acústicamente Saturada (ZAS).

Estos datos se dieron a conocer ayer en la comisión del ocio donde acudieron vecinos, hosteleros, el equipo de gobierno y la oposición.

“Hasta las dos de la madrugada se superan los 65 decibelios, pero a partir de esa hora desciende aunque el ruido ambiental se mantiene en la calle Almela y Vives”, explicó ayer el concejal de Actividades, Vicente Igual.

Estas mediciones, sin embargo, no son definitivas puesto que no han transcurrido los 35 días hábiles tras la puesta en marcha de la declaración de ZAS.

Los hosteleros pretendían ayer convencer al Ayuntamiento de que en la zona de Woody no había impacto acústico y que por eso la declaración ZAS debía retirarse. Igual aseguró que eso era imposible porque están cumpliendo el fallo de una sentencia. “Aún no se ha cumplido el periodo mínimo de 35 días necesario para comprobar los efectos del ruido, por lo que hasta febrero no se podrá contar con estos datos”, puntualizó el portavoz de los hosteleros en un comunicado.

Durante la reunión también se acordó que la Dirección General de Interior esté presente en las comisiones de ocio, “porque hay muchas situaciones que superan nuestra competencia. Hace unos días clausuramos tres locales y ahora ya hay dos abiertos. Si incumplen horarios nosotros no podemos hacer nada, es responsabilidad del Consell”, indicó el concejal Vicente Igual.

A la espera de los informes
Los vecinos, por su parte, son cautelosos y esperarán a que el laboratorio municipal finalice los estudios que se están haciendo en esta zona. “Desde luego la información que nos han dado hoy pone de manifiesto que los medios que se han puesto son insuficientes, por eso vamos a pensar las medidas que tendremos que pedir”, apuntó la presidenta vecinal, María José Broseta.

Tras la reunión, los hosteleros salieron muy decepcionados y dispuestos a llevar a cabo lo que hasta ahora no se habían atrevido. “Como no se ha avanzado nada y estamos preocupados por el futuro de la docenas de empresarios que se quedan sin trabajo vamos a acudir a Fitur desmoralizados y pidiendo una solución al problema”, matizó el portavoz de Hostelería.

La intensa reunión continuó y no se aprobó una medida que pretendía impulsar el concejal Igual. “Queríamos prolongar el horario de cierre de las terrazas de la avenida Blasco Ibáñez hasta las 12 de la noche. Sin embargo, como no han querido ni vecinos ni hosteleros el acuerdo no ha salido adelante”, afirmó el concejal Vicente Igual.

La concejala socialista Carmina del Río apoyó esta moción y pidió que el Ayuntamiento adopte más medidas restrictivas para evitar que los vecinos acudan al juzgado.

Otro de los acuerdos que se aprobaron fue que el plan de choque previsto por los hosteleros se siga realizando en el resto de zonas de ocio de la ciudad.

cfernandez@lasprovincias.es


martes, 30 de enero de 2007

Martes 30 de enero de 2007

Las Provincias

Castellón
Detienen a un joven en Lagasca por agredir a un policía local
REDACCIÓN/ CASTELLÓN

La zona de ocio de Lagasca de Castellón fue escenario este fin de semana de una nueva detención. Según informó ayer la Policía Local, los agentes arrestaron a un joven de 19 años por supuestamente resistirse y amenazar a agentes policiales cuando éstos se interesaron por una discusión que mantenía con una mujer.

Los hechos sucedieron cuando una de las patrullas de la Policía Local que se encontraba de servicio en la zona de ocio de la calle Lagasca observó que un joven se encontraba discutiendo con una chica “de forma acalorada”, a la que había propinado varios manotazos, golpes y un cabezazo.

Como consecuencia de lo observado, los agentes se dirigieron al lugar para interesarse sobre lo que sucedía. En ese momento, el detenido, supuestamente, respondió con insultos y descalificaciones y levantó la mano de forma amenazante a los agentes, por lo que se procedió a identificarlo y se le indicó que, en caso de no deponer su actitud, podría incurrir en un delito, aunque el joven se negó a identificarse e insultó de nuevo.

El joven se dirigió a uno de los agentes y le agarró del pecho, por lo que fue reducido y detenido por un presunto delito de resistencia a la autoridad.

Lunes 29 de enero de 2007

El País Semanal

Silencio, por favor
Uno lleva 20 años sufriendo el bullicio de una discoteca, otro no abre las ventanas desde el siglo pasado. Gente atormentada que ha decidido unirse para lograr un país menos ruidoso. Vecinos, abogados, médicos, hosteleros
CLEMENTE ÁLVAREZ 28/01/2007

Pub musical Donegal, en el número 44 de la calle Nou de la Rambla de Barcelona, permanece cerrado desde el pasado mes de mayo. Dentro, las voces se han apagado y sus potentes altavoces descansan: todo ha enmudecido. Sin embargo, justo sobre su techo, en el piso de arriba, Conchita Botey y José Antonio Muñoz siguen necesitando las pastillas para dormir y los tapones para los oídos cada vez que se meten en la cama. “Lo que hemos pasado no se olvida tan fácilmente”, relata aún con angustia Botey, de 48 años, “nos han roto, nos han arrancado un año, un mes y diez días de nuestras vidas”. Antes de que este pub irlandés carente de licencia válida fuese clausurado, tras meses de llamadas suplicantes al Ayuntamiento y a la Guardia Urbana, esta familia podía seguir desde su salón las alegres conversaciones de abajo, y las atronadoras descargas de los altavoces sobre sus paredes tiraban al suelo cuadros y baldosas de la cocina. “Vivimos con mis padres, que son ya muy mayores, y todos hemos tenido que ir al psiquiatra”, se le quiebra la voz a Botey. Ahora, el Juzgado de Instrucción número 18 de Barcelona tramita una querella de la fiscalía de la ciudad contra la propietaria del pub musical, pero también contra dos altos cargos del Ayuntamiento por consentir durante meses que un local sin licencia superase los límites de emisión de ruidos.

En un despacho en el centro de Madrid, asediado al otro lado de los cristales por el rugido incesante del tráfico, el abogado especializado en litigios ambientales Jorge Pinedo, de 48 años, que hace unos meses llevó el caso del cercano bar de copas Cartoon, en el que el propietario fue condenado a dos años de prisión, siete meses y un día por un delito de contaminación acústica, narra cómo los afectados por el ruido que se sientan por primera vez delante suyo suelen estar destrozados y no tardan en derrumbarse. “Se vacían al hablar, lloran, se desmoronan; los efectos de este tipo de contaminación son devastadores”, precisa este letrado, que hace seis años se juntó con algunos de los pocos colegas metidos entonces en este tipo de pleitos para fundar la asociación Juristas contra el Ruido, que hoy cuenta con representantes en todas las comunidades autónomas. “Esto es como un veneno que en lugar de afectar a la sangre, va envenenando poco a poco los nervios”.

De vez en cuando, un súbito timbrazo del teléfono dispara el nivel de decibelios en todo el despacho, y Pinedo comenta cómo, la mayoría de las veces que descuelgan el aparato por un nuevo caso, al otro lado del auricular se escucha la voz deshecha de una víctima de la contaminación acústica. “Éste es el asunto ambiental que más trabajo nos da; desde el punto de vista de los tribunales, el ruido constituye el principal contaminante de las ciudades”, detalla el abogado, que a continuación va a buscar un montón de carpetas y comienza a repasar algunos de sus pleitos pendientes: un señor de la calle de María de Guzmán, de Madrid, que padece desde hace 20 años el bullicio nocturno de unas discotecas; una señora de Raimundo Fernández Villaverde que lleva siete años sin abrir la ventana de su dormitorio por las molestias que le provoca una tienda de reparto a domicilio de comida rápida; otra mujer de Jorge Juan a la que atormentan en la azotea de enfrente unos equipos de aire acondicionado; una familia del municipio de Mejorada del Campo a la que su vecino del adosado de al lado martiriza poniendo discos compactos rayados a todo volumen como venganza… “Éste ha sido complicado de demostrar, pues el vecino apagaba el equipo de música en cuanto llegaba la policía, pero al final dos agentes se metieron en la casa de las víctimas ocultos en el maletero de un coche y pudieron escucharlo ellos mismos”, apunta Pinedo.

“Ahora se ganan casi todos los casos, pero cuando empezamos era rarísimo demandar a alguien por el ruido, pues éste era considerado jurídicamente como una mera molestia, y no como un tipo de contaminación”, recalca el abogado al tiempo que sus palabras son arrolladas por el estruendoso motor de un camión que pasa justo bajo su ventana. Todo empezó a cambiar con la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos por el famoso caso español López Ostra. El letrado José Luis Mazón todavía se sonríe al recordar las ironías, e incluso burlas, de los tribunales españoles cuando su defendida Gregoria López Ostra, una ama de casa de Lorca (Murcia), interpuso un recurso para la protección de sus derechos fundamentales ante lo que consideraba una vulneración de la inviolabilidad de su domicilio e intimidad personal por la entrada de olores pestilentes y ruidos procedentes de una estación depuradora, construida a escasos 12 metros de su casa. La petición fue desdeñada en todas las estancias del país, hasta que llegó al Tribunal de Estrasburgo, que en diciembre de 1994 dio la razón a la murciana y condenó por unanimidad a España a compensarla con ocho millones de pesetas (48.000 euros). De golpe, se había reconocido como un derecho fundamental el no ser molestado en el domicilio particular, en una época en la que, como incide Mazón, casi nadie había oído hablar aún de un sonómetro o de cualquier aparato para medir decibelios.

El Palacio de los Derechos Humanos de Estrasburgo sería todavía escenario unos años después de otra sonada victoria contra el ruido de una nueva demandante española, esta vez una catedrática de Matemáticas de Valencia, Pilar Moreno, que reclamaba una indemnización por la entrada a la fuerza en su casa del desquiciante bullicio de la calle hasta casi el amanecer, en un barrio de San José en el que por esos años se apiñaban cerca de 200 bares de copas. El propio abogado del caso, Andrés Morey, vivía entonces en esa misma zona, en lo que hoy es su despacho, y cuenta que, si le hubiesen filmado en aquellas noches y se pusiera ahora la cinta a cámara rápida, se le vería desesperado dando vueltas entre las sábanas y moviendo la cama de una habitación a otra. En el exterior se habían llegado a medir promedios de 80 a 100 decibelios, como subraya el letrado, toda una “mascletà nocturna”. El Tribunal Constitucional reconoció que debía ser considerado como ruido excesivo cualquiera prolongado que superase en el interior de una vivienda los 30 decibelios de noche y los 35 de día, pero desestimó el recurso de la valenciana por no disponer de mediciones de sonómetro de dentro de su casa. Sin embargo, en noviembre de 2004, la Corte de Estrasburgo volvió a corregir a los tribunales españoles por entender que el hecho de que la zona hubiese sido declarada ya “acústicamente saturada” por el Ayuntamiento de Valencia bastaba para tener que compensar a Moreno por daños morales por la vulneración de sus derechos fundamentales.

En el cuarto piso de un edificio de la zona de Moncasi de Zaragoza, Ignacio Sáenz Cosculluela, de 59 años, ha construido algo así como un búnker acústico: balcones insonorizados, dobles ventanas, cristales más gruesos… Es de día y, aunque fuera el traqueteo de las obras, resulta insufrible, el único sonido que perturba la calma de su casa son unos inusuales ladridos de su perro, un bóxer. Si fuese de noche y fin de semana, sus paredes empezarían entonces a retumbar por las vibraciones de la música de alguno de los más de 60 discobares de las calles contiguas: “Bum, bum, bum…”. “Cuando hace calor, no me queda más remedio que asarme o abrir las ventanas y cabrearme”, se exaspera el que es presidente de la Plataforma Estatal de Asociaciones contra el Ruido y las Actividades Molestas (Peacram), que especifica que cuatro pisos todavía más arriba, en el octavo, se han medido 54 decibelios en un dormitorio y 98 en el exterior.

¿Qué significa que el sonómetro marque 90 decibelios? El ingeniero técnico de telecomunicaciones Francisco Domingo, del laboratorio acústico Econatura, asegura que equivale al estrépito de un camión que pasa a escasos metros, con el agravante de que cada tres decibelios de más supone duplicar el volumen.

“Cuando empezamos a estudiar las ordenanzas municipales, pensamos que lo teníamos ganado, pues estaba claro que estos niveles acústicos rebasaban los permitidos, pero cada vez que hemos reclamado al Ayuntamiento no hemos conseguido nada”, detalla Sáenz Cosculluela, hermano del que fuera ministro de Obras Públicas socialista, que también preside la asociación de vecinos La Huerva, en lucha desde hace 15 años contra esa especie de seísmo sonoro que sacude cada fin de semana estas calles. Tampoco han servido de mucho las incontables veces que, desquiciado, ha terminado marcando el 092 de la Policía Local: “Oiga, ya nos ha llamado otras veces, no hace falta que vuelva a hacerlo”, asegura el presidente vecinal que suelen contestar. “Estamos indefensos, la democracia no ha llegado todavía a las zonas de ruido”.

Esta misma situación de impotencia fue la que llevó a una vecina que acababa de quedarse viuda a demandar al Ayuntamiento de Zaragoza por considerar que su marido, Serafín Tabernero, había muerto de un infarto de miocardio como consecuencia del estrés producido por el ruido de dos locales cercanos contra los que no se tomó ninguna medida a pesar de las 26 denuncias interpuestas por el propio fallecido. Su abogado fue otra vez José Luis Mazón, y la sentencia dictada en enero de 2006 por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón condenó al Consistorio a indemnizar a la viuda con 24.000 euros. Los magistrados no aceptaron que la muerte tuviese relación con el ruido, pero sí al menos con la tensión producida por verse obligado a interponer una denuncia tras otra. El Ayuntamiento deberá responder ahora a una nueva demanda de otros 55 vecinos de la asociación La Huerva.

En medio del golpeteo de pilas de platos, tintineo de botellas y conversaciones entremezcladas, el médico de Peacram Daniel Bernabéu, de 42 años, comienza a sacar gráficos y estudios científicos en una cafetería de Madrid. “En el mundo laboral está asumido ya que a partir de 80 decibelios existe riesgo de sordera, pero es que además el ruido puede generar estrés y otras alteraciones físicas”, explica el médico, forzando la voz por encima del estridente murmullo. Él también sufrió durante años las noches en vela cuando vivía en el barrio de Huertas de la capital, lo que le llevó a interesarse por un campo de la salud en el que no existen especialistas. “El ruido es un agente estresante, estimula una parte del cerebro muy primitiva encargada de poner en alerta el organismo y de activar toda una serie de procesos hormonales y fisiológicos que nos preparan para la huida o la lucha”, alerta Bernabéu. “A la larga, todo esto puede causar hipertensión arterial, aumento de riesgos cardiovasculares, problemas respiratorios, irritabilidad, cansancio, depresión…”. El médico recorre con la mano el interior del local y llama la atención sobre los niveles acústicos: “Hay mucha gente afectada por el ruido que no lo sabe o no le da importancia, pero igual que se combate el colesterol para prevenir enfermedades cardiovasculares, se debería tener el mismo cuidado con los decibelios”.

Antes de marcharse, el médico deja sobre la mesa un estudio de Cristina Linares y Julio Díaz, de la Universidad Autónoma de Madrid, y Aurelio Tobías, de la Carlos III, publicado recientemente en International Archives of Occupational and Environmental Health. ¿Su conclusión? Que el ruido constituye el factor ambiental que más influye en los ingresos de los menores de 10 años en las urgencias hospitalarias de Madrid. Los investigadores analizaron todas las admisiones infantiles en Urgencias del hospital Gregorio Marañón a lo largo de 2.192 días entre los años 1995 y 2000, y, después de contrastar los datos con las mediciones de la contaminación en el aire, los registros meteorológicos o los niveles de polen de esas mismas fechas, encontraron que el elemento más determinante no era otro que el ruido, principalmente del tráfico. “Del mismo modo que existen límites para otros tipos de contaminación, los del ruido se están incumpliendo de forma generalizada en las ciudades de todo el país y parece que no pasa nada”, advierte el otorrino del hospital Puerta de Hierro de Madrid Cristóbal López Cortijo, que, aparte de advertir de las lesiones cada vez más generalizadas que acaban apareciendo con la edad en los torturados oídos de los habitantes de las urbes, recalca cómo a su consulta llegan muchos pacientes a los que tiene que derivar luego al psicólogo para tratarles el estrés o la depresión.

Prisionero en su fortaleza acústica, Sáenz Cosculluela cuenta que cada día son más los vecinos de todo el país que se suman a esta rebelión ciudadana contra el ruido, y ahora mismo llegan casi al centenar las asociaciones que integran la plataforma estatal, procedentes de Vigo, Cáceres, León, Barcelona… “Cuando nos juntamos por primera vez los afectados de distintas organizaciones en 2003, fue como si hubiésemos estado en un campo de concentración y acabasen de llegar nuestros libertadores”, asevera. Para el presidente de Peacram, si bien es cierto que en los tribunales se ha ido ganando la batalla, las administraciones siguen pareciendo sordas ante lo que piensa que constituye uno de los mayores problemas ambientales del país. Los casos se multiplican por todas partes, como el de Eladio Díez, de 60 años, que no necesita asomarse por la ventana de su casa para saber qué máquinas son las que trabajan en ese momento en las obras de la calle. Este prejubilado vive en un cuarto piso de la avenida del Manzanares de Madrid y lleva cerca de año y medio soportando el martilleo constante producido por la remodelación de la M-30. “Estos golpeteos tremendos corresponden a una pantalladora, un monstruo de máquina con algo parecido a un enorme sacacorchos para hacer agujeros que aporrea cada dos por tres contra el suelo para sacudir la tierra”, detalla este vecino perteneciente a la plataforma M-30 No Más Coches. En otras ocasiones, lo que se escucha es el estrépito de los camiones, las excavadoras o un artefacto especialmente temido por Díaz que cada vez que da marcha atrás suelta un pitido agudo que le perfora la cabeza, como si uno de estos gigantescos taladros girase hacia el interior de sus oídos.

Como explica este madrileño, por ser sábado, las pantalladoras comenzaron el tajo a las ocho de la mañana, pero un día entre semana estos aldabonazos a las puertas de su casa pueden abrirle los ojos a las seis y media. A partir de entonces, el recital de percusión no se detiene hasta las ocho de la tarde, momento en el que empieza una sesión nocturna especial con los camiones: “Primero dejan caer hacia atrás su carga y luego golpean con violencia sus volquetes una y otra vez para dejarlos limpios del todo”. Con alguna de estas sacudidas suele ser cuando Díez estalla, ya de madrugada, y baja a la calle con otros vecinos igual de enfurecidos. “Cuando he bajado o he llamado a la policía, los propios obreros han reconocido que no tienen permiso para trabajar a ciertas horas, pero al día siguiente vuelven a estar ahí como si nada”, relata crispado. “Sabemos que existen métodos para reducir estas molestias, pero trabajan hasta que los vecinos nos quejamos; está claro que para el Ayuntamiento estamos en el último lugar”, se desespera este hombre, que asegura que, cuando ha sacado un sonómetro por la ventana de su casa de noche, ha medido picos de 120 decibelios con el retumbar del volquete de algún camión.

En el laboratorio ambiental Econatura, de Teruel, el ingeniero experto en acústica Francisco Domingo precisa que el ruido –“ese sonido que no queremos escuchar”– comienza a resultar molesto por encima de los 27 decibelios, una medida que suele expresarse en decibelios A (la media ponderada de cinco segundos). Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que puede resultar dañino a partir de los 65 decibelios. Con todo, para este especialista, la medición de la presión acústica resulta mucho más compleja que esto. “Parece que basta con apretar el botón de un sonómetro, pero no es así”, incide rodeado del rumor de pasos apresurados, abrir y cerrar de cajones, y voces fugaces, un ambiente sonoro característico de oficina que calcula que debe de estar por los 50 decibelios. Como subraya, no sólo se trata de una cuestión de volumen, el ruido tiene una importante carga subjetiva y no afecta a todos por igual. Además, en ocasiones el afectado puede no ser comprendido simplemente porque la molestia no ha sido medida de forma correcta. “El sonómetro sólo da un valor único, una ponderación, pero el oído humano es sensible a un espectro de frecuencias que va entre los 20 y los 20.000 hercios”, precisa Domingo, que plantea la siguiente hipótesis: “Tomemos una frecuencia de 50 hercios, la habitual del compresor de un frigorífico; con un sonómetro no se captará nada anormal, pero un estudio por espectro puede revelar que una familia quizá está soportando una presión acústica de 40 decibelios en su casa”.

Este ingeniero ha ido por todo el país con sus aparatos de medición y guarda una insólita colección de marcas extremas registradas durante la noche: “He medido 92 decibelios en un balcón de la zona de Moncasi de Zaragoza, 60 en una vivienda con las ventanas cerradas de Teruel o 49 en otra casa de la plaza del Dos de Mayo de Madrid. Todas ellas, una auténtica barbaridad”. Cuando se le pregunta a qué corresponde un pico de 120 decibelios, como los registrados por el vecino de Madrid en las obras de la M-30, afirma que es lo mismo que se oiría a unos cientos de metros de una pista de despegue.

No llega a 600 metros la distancia que separa la cama de Consuelo Elosua, portavoz de la asociación ecologista Lur Maitea, del punto en el que se levantan y se posan las ruedas de los aviones en las pistas del aeropuerto de Bilbao. Como detalla esta vasca de 49 años, que vive en una casa con jardín en el municipio de Loiu, el primer vuelo del día la despierta a las seis y media de la mañana, “ya sea laborable o festivo”, y en horas punta sus tímpanos pueden ser atravesados por un avión cada diez minutos. “La casa a veces tiembla”, especifica Elosua, que cuenta que no puede sentarse a leer un libro, salir a disfrutar de su jardín o hablar por teléfono sin interrumpir la conversación. “Llegas a sentir ira”, se sincera. La organización ecologista Lur Maitea ha llevado a los tribunales a los ayuntamientos de los municipios colindantes con el aeropuerto, como Loiu, Sondika, Derio o Erandio, para obligarles a medir los niveles sonoros del tráfico aéreo. Como comenta Elosua, vienen alertando de los riesgos de la salud desde hace diez años y ahora quieren evitar que estos consistorios sigan concediendo licencias de construcción cada vez más cerca de las pistas. Son ya varias las sentencias a su favor.

Todavía se insiste a veces en que España es el segundo país más ruidoso del mundo después de Japón. Sin embargo, esta afirmación nunca fue cierta. Lo explica Francisco Morales, presidente de la asociación Granada contra el Ruido y responsable del portal de Internet www.ruidos.org. Este ingeniero industrial, de 70 años, se fue a vivir a Granada nada más jubilarse con la idea de volver a matricularse en la universidad y deleitarse con el estudio de la lingüística, pero la primera noche en su casa nueva ya fue incapaz de dormir por el atronador petardeo de los tubos de escape de las motos. Desde entonces, el espacio de sus estanterías reservado a los manuales de la universidad ha ido llenándose de libros sobre el ruido, y las horas de apacible estudio se han transformado en agitada lucha contra la contaminación acústica. Como detalla, lo del país más ruidoso por detrás de Japón tiene su origen en un estudio efectuado por la OCDE en 1991 (Lutter contre le bruit dans les années 90) y, si bien es verdad que España aparecía en el segundo peor puesto por detrás de Japón, la comparativa no abarcaba todos los países del mundo, sino sólo los pertenecientes a esta organización. Además, por aquella época las mediciones tampoco eran muy abundantes. “Se trata de una estimación muy burda, pero incluso sin ser cierta resultó muy útil para concienciar de la importancia de este problema”, incide Morales, que tampoco entiende que se ponga como excusa de los altos niveles acústicos el buen tiempo o el carácter festivo de los españoles.

A su juicio, lo que influye de verdad para acabar con el ruido es el desarrollo, y al contrario, lo que impide silenciarlo a menudo no es sino la excesiva tecnificación de las ordenanzas. No son muchas las estadísticas realmente fiables ni las comparativas entre países sobre el impacto de este tipo de contaminación. Sin embargo, como recalca el ingeniero, un dato clarificador es el recogido en el censo de población y vivienda del Instituto Nacional de Estadística de 2001: un 30% de la población española asegura sufrir ruidos molestos en su casa. “Yo tuve que olvidarme de la universidad, pero mucha otra gente se ha visto obligada a vender su vivienda y huir de la ciudad”.

Tampoco todo son ejemplos negativos. En otro punto caliente donde también se disparan los sonómetros, la plaza del Cedro de Valencia, un mediador se acerca a unos jóvenes delatados por el tintineo de las bolsas que cargan y les pregunta qué opinan de que se acaben llevando las zonas de marcha a las afueras de la ciudad por las protestas de los vecinos. El mediador no es mayor que ellos y viste una camiseta con el lema “Diviértete sin molestar”. Forma parte de una campaña de concienciación de la ONG Controla Club, en colaboración con la Concejalía de Empleo de la ciudad, para transmitir a los usuarios de la noche que pueden pasarlo igual de bien sin perjudicar a los demás. “A todos nos gusta salir, pero o tomamos medidas o nos vamos a cargar este modelo de ocio”, subraya Vicente Pizcueta, vicepresidente de la organización, que durante 20 años fue director de discoteca. “Tenemos que intervenir directamente allí donde se producen estos hábitos sociales, o será muy difícil cambiarlos”, indica. En este ambiente nocturno queda una pregunta por responder: de todas estas formas de ruido, ¿cuál es realmente la que más molesta al ciudadano? Como explica el letrado Lluís Gallardo, representante de la Associació Catalana Contra la Contaminació Acústica (Accca), a la vez que vicepresidente de Juristas contra el Ruido, todo depende de quién conteste. Los propietarios de los bares de copas, agrupados en la asociación Empresarios por la Calidad del Ocio (ECO), que defienden que apenas un 3% de las reclamaciones vecinales contra este tipo de establecimientos terminan en expedientes muy graves, dirigen el dedo acusador hacia al pesado ronroneo del tráfico y el estrépito de las obras de las ciudades. Por su parte, las estadísticas de Accca reflejan que el 50% de las quejas que reciben tienen su origen en el “incivismo vecinal”. “Cuando empezamos con la asociación catalana, todos nos trataban como una pandilla de histéricos, pero ahora se nos pide incluso asesoramiento”, señala Gallardo, abogado que representa a la familia de Conchita Botey en el proceso penal contra el pub Donegal.

En la sexta planta del Ministerio de Medio Ambiente, en el despacho del director general de Calidad y Evaluación Ambiental, Jaime Alejandre, se oye por fin el silencio. La nada. En la calle, los motores rugen y las ruedas de los coches mascan el asfalto, pero, como comenta el propio director general, el edificio es de construcción antigua y tiene muros muy gruesos. Entre estas paredes se ultima el reglamento que debe desarrollar la Ley del Ruido 37/2003, un documento muy técnico y complejo que fijará los sistemas de evaluación y los métodos matemáticos para medir y limitar los niveles acústicos. Alejandre considera que la clave para combatir este tipo de contaminación urbana pasa obligatoriamente por unir la política ambiental con la ordenación del territorio. “No se puede construir un aeropuerto y luego levantar casas al lado”.

Para ello, esta ley obliga a que en julio de este año todas las aglomeraciones de más de 250.000 habitantes hayan confeccionado sus mapas de ruido, lo que aportará mediciones acústicas de cada rincón de las urbes para tratar de actuar allí donde se superen los límites. “Éste es uno de los problemas ambientales más cercanos para los ciudadanos y uno de los que más impacto tienen”, detalla este alto cargo, que, como consecuencia de las denuncias de centenares de vecinos, ha sido llamado a declarar como imputado en un juzgado del Prat, al igual que el director general de Aviación Civil del Ministerio de Fomento y el presidente de AENA, por los niveles acústicos causados por los aviones en Gavà y Castelldefels tras la ampliación del aeropuerto barcelonés.

Más información: www.juristas-ruidos.org, www.peacram.com y www.ruidos.org.

Desde mis ventanas
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Por Javier Marías

Mientras escribo estas líneas, he aquí la situación: en la plaza vecina, y desde hace unos días, el Ayuntamiento de mi ciudad ha empezado a instalar una especie de carpa de circo metálica, enorme, de descomunal altura y muy fea (para entendernos: digna de Álvarez del Manzano), en la que se meterá, me temo, un megabelén parecido al que ya montaron hace un año y que se cargó la perspectiva de la plaza en cuestión durante mes y medio. Todo el día suenan martillazos, sierras, motores, máquinas y golpes variados en medio de un paisaje de grúas. En el edificio de enfrente, otra cuadrilla procede a levantar un andamiaje que ocupará una manzana entera, supongo que para “rehabilitar” una fachada que se ve muy saludable. Sus golpes y sus martillazos se mezclan con los de la carpa de circo. Estas dos gratuitas agresiones me han expulsado de mi casa porque en ella no hay quien trabaje ni descanse, y me he refugiado en otro piso que tengo a mi disposición, un par de plantas más abajo. Pero dos desaprensivos vecinos o caseros (el 99% de los españoles lo son) han emprendido en los suyos obras que durarán varios meses sin encomendarse a Dios ni al Diablo, es decir, sin pararse a pensar ni un segundo en el perjuicio que causan a los demás. Así que allí también se oye de todo y no hay quien pare. Pensarán ustedes que, disponiendo de dos pisos con diferente orientación, es increíble que deba largarme a un hotel. Pensarán que es un caso de mala suerte, una coincidencia excepcional.

Lo grave es que no lo es. Lo grave es que esta es una situación habitual en Madrid y también en España en general. A la hora de hacer ruido –no ya normal, sino ruido insoportable–, aquí a nadie se le ocurre pararse a pensar si puede o debe someter a tortura a sus conciudadanos para satisfacer sus caprichos. Y si digo caprichos es porque el ruido necesario –que también lo hay, a veces– es mínimo en comparación con el superfluo, con el que nos podríamos todos ahorrar. Para mí es asombroso que los Ministros de Sanidad, y sobre todo la actual, Salgado, persigan fanáticamente el tabaco y no digan una palabra sobre el daño quizá mayor, y desde luego mucho más inmediato e impositivo, que produce el ruido. (Uno puede irse de donde hay humo, pero no de donde haya ruido.) Su pasividad a este respecto es, de hecho, la prueba fehaciente de que en sus campañas contra los cigarrillos hay demagogia más que nada, y de que la salud de los ciudadanos les trae en el fondo completamente sin cuidado.

El ruido impide la vida, excepto para los que lo adoran y no pueden estarse sin él, entre los cuales se cuentan el Gobierno, las Comunidades Autónomas y casi todos los Ayuntamientos del país. El ruido saca a la gente de sus casillas, y estoy convencido de que se mataría a menos mujeres y se cometerían en general menos crímenes si España fuera algo más silenciosa, porque el ruido es una de las cosas que más ponen fuera de uno y más llevan a perder el control. Las pocas ocasiones en que he estado a punto de agredir a alguien han sido por no haber podido descansar o dormir debido al ruido y tener los nervios a flor de piel, o en creciente irritación. ¿Por qué casi nadie tiene eso en cuenta? ¿Por qué la gente española chilla lo mismo a las cuatro de la madrugada que a las de la tarde? ¿Por qué nuestras ciudades están llenas de tiendas –de ropa, frecuentemente– que, con las puertas siempre abiertas, emiten hacia la calle un continuo sonido de discoteca? ¿Por qué hay tantísimo tarado que viaja con el mismo sonido en su coche y con las ventanillas de par en par? ¿Por qué no hay fiesta o jolgorio que no consista en colocar altavoces en la vía pública de los que salga inframúsica a todo meter? ¿Por qué no se concibe la diversión sin armar una bulla que deba tragarse el resto de la población? ¿Por qué las sirenas de ambulancias, policía y bomberos suenan a una intensidad exagerada (los vehículos que deben apartarse a su paso las oirían igual a muchos menos decibelios)? ¿Por qué está el país plagado de semáforos chillones, por si acaso pasa algún ciego (no sería difícil que hubiera un botón y que lo activaran los ciegos cuando lo necesitaran)? ¿Por qué se acometen sin cesar obras no sólo monstruosas, sino absolutamente innecesarias?

Es muy difícil que la ciudadanía se refrene o modere si los encargados de proteger la salud, el descanso, el trabajo y el sueño de los demás son los que más se dedican a taladrarles los oídos, con deliberación. Hace casi cuatro años, antes de las últimas elecciones municipales, el alcalde Ruiz-Gallardón prometió que si salía elegido crearía una brigada de la Policía Municipal contra el ruido. “Implantaremos medidas preventivas y, cuando sea preciso, coercitivas. Bajo el lema Madrid, sin ruidos, el objetivo será fomentar una cultura de respeto al descanso y al sueño”, dijo literalmente. Miro hacia la plaza vecina, miro hacia el edificio de enfrente, recuerdo que una de las más clásicas y consagradas formas de tortura (lo saben bien en Guantánamo) es a base de ruido. Pocas promesas electorales habrán sido tan incumplidas como esta. Madrid era desde hacía trece años (los que estuvo Manzano de alcalde) el paraíso del ruido. En los últimos cuatro (los que lleva Gallardón) se ha convertido además en el parque temático del ruido, porque los hay de todos los tipos imaginables, con la ciudad permanentemente destripada y horrenda, sin que haga la menor falta las más de las veces. Esa brigada que dijo querer crear habría tenido que ir a sancionarlo y a detenerlo a él todos y cada uno de los días transcurridos desde su toma de posesión. Y teniendo en cuenta que, según la actual Ley del Ruido aprobada por el Congreso, y que responde a una directiva europea, las multas por este concepto pueden alcanzar los 300.000 euros, el Ayuntamiento de aquí, y los de casi todas las ciudades y pueblos de España, estarían ya en la más absoluta ruina. Lo cual, además de un acto de justicia, sería una bendición, porque ya no les quedarían fondos para emprender gilipolleces ruidosas y probablemente corruptas en su mayoría, que es a lo que se dedican la mayor parte del tiempo. Como veo y oigo ahora mismo, sin ir más lejos, desde mis ventanas.


domingo, 28 de enero de 2007

Domingo 28 de enero de 2007

El Mundo










Las Provincias.

Controlaclub inicia una campaña de sensibilización contra el ruido
Castelló Sense Soroll celebra su primera asamblea con más de 100 asociados
La asociación Castelló Sense Soroll celebró el viernes su primera asamblea ordinaria. Los vencinos de la calle Lagasca y adyacentes mostraron una vez más su malestar ante los ruidos que provocan los locales de ocio de la zona. ‘Diviértete sin molestar’ es el lema bajo el cual comenzó a actuar anoche la ONG Controlaclub.
L. NOS CRUZADO/ CASTELLÓN

Más de un centenar de vecinos acudieron a la asamblea de la asociación Castelló Sense Sorroll, el viernes pasado.

La asociación Castelló Sense Soroll celebró el viernes su primera asamblea ordinaria en el edificio Hucha de Bancaja. Los vecinos de la calle Lagasca y adyacentes se unieron una vez más para decir basta a casi 15 años de ruidos, molestias y denuncias.

El presidente de la asociación, Juan Martínez, hizo un repaso a la trayectoria de la organización. “Han sido dos meses muy intensos en los que se ha avanzado mucho”. Entre los logros de Castelló Sense Soroll se encuentra el inicio del expediente de tramitación para declaración de Zona Acústicamente Saturada (ZAS) por parte del Ayuntamiento.

Desde que la asociación comenzara su andadura, el pasado 12 de diciembre, ha trabajado junto con el Ayuntamiento, al que consideran “el principal responsable de esta situación”, afirmó Martínez. “El Ayuntamiento debe controlar las licencias de los locales y poner más vigilancia policial”, aseguró.

Castelló Sense Soroll se ha reunido también con todos los partidos políticos para que tomen conciencia del problema y lo incluyan en sus programas políticos. “El objetivo es conseguir que todos los grupos alcancen un consenso en medidas contra el ruido”, afirmó el presidente de la asociación.

Por otro lado, Martínez se mostró satisfecho por la contratación por parte del Ayuntamiento de los servicios de la ONG Controla Club. Esta organización inició el viernes un estudio de la zona de Lagasca para comenzar a tomar medidas contra el ruido. Los miembros de Controlaclub se acercaron anoche a los locales con el fin de concienciar en la conciliación del ocio de los jóvenes con el descanso de los vecinos bajo el lema Diviértete sin molestar .

Durante la asamblea del viernes también se celebró una ponencia por parte del doctor Juan Ansuategui, que valoró los efectos del ruido en la salud de las personas. “Puede causar desde problemas físicos como dolores de cabeza, transtornos digestivos o hipertensión hasta efectos de carácter psicológico como estrés, irritabilidad o menor rendimiento en el trabajo”, afirmó.

sábado, 27 de enero de 2007

Sábado 27 de enero de 2007

Levante

MOVIMIENTO CIUDADANO
Castelló Sense Soroll se plantea denunciar al ayuntamiento
La asociación exige que se cumpla la ley
Alejandra Mariner, Castelló

La Associació Castelló Sense Soroll se ha fijado el plazo de un mes para que el ayuntamiento instaure medidas contra los problemas que padecen los vecinos de algunas calles del centro de la ciudad, debido al gran número de establecimientos de ocio abiertos. Si pasado este tiempo consideran que la situación no ha cambiado, tomarán medidas legales contra al Administración local. Ésta es una de las iniciativas que se dieron a conocer ayer durante la primera asamblea ordinaria que celebró el colectivo, después de constituirse a mediados de diciembre pasado.


El secretario de la asociación, Tomás Verdejo, explicó que la decisión definitiva de ir a los tribunales se tomará en una asamblea extraordinaria que tendrá lugar a finales de febrero o principios de marzo. Asimismo, comentó que los objetivos del colectivo pasan por que el consistorio «haga cumplir las normas en cuanto a horarios, aforos y sonoridad se refiere, principalmente, incremente la vigilancia policial y también mejore la limpieza de la zona», según apuntó.

En cuanto al modo en que el ayuntamiento hace cumplir la legalidad vigente, Verdejo añadió: «No descartamos solicitar que se haga una auditoría en el consistorio para ver cómo realizan los trámites para conceder las licencias, así como el control que ejercen para que estos locales cumplan la ley».

Cabe recordar que, desde que se formó, los miembros del colectivo han mantenido reuniones semanales con responsables del consistorio, en concreto con el edil de Servicios Públicos, Miquel Soler, «en sustitución del concejal delegado del distrito este, Javier Moliner, que nunca aparece», apuntó. «En principio reconocemos su buena voluntad pero el equipo de gobierno no le respalda y vemos como nuestras reivindicaciones no son atendidas», comentó Verdejo.

Entre ellas, la Associació Castelló Sense Soroll está pendiente de que desde el consistorio se les informe del estado de tramitación en el que se encuentran algunas denuncias. «Cada semana se nos facilita información sobre la actividad inspectora que realiza la Policía en estos locales durante los fines de semana, pero ninguna sobre en qué acaban dichos expedientes», afirma.

En la reunión de ayer dos miembros del colectivo ofrecieron sendas ponencias sobre el movimiento ciudadano, y normativa y legalidad, mientras que el médico Juan Ansuátegui habló de ruido y salud.

Receptivos a un pacto contra el ruido

Tomás Verdejo aseguró que la asociación ya ha mantenido reuniones con representantes de todos los partidos políticos «a excepción del PP, que todavía no nos han convocado formalmente, aparte del contacto semanal». Asimismo, destaca que desde todos ellos se han mostrado receptivos a realizar un pacto preelectoral para hacer cumplir la normativa relativa a los establecimientos de ocio. Por otro lado, advierte que las exigencias de la asociación se extrapolan a toda la ciudad y no sólo al distrito centro-oeste. «Entendemos que las medidas que queremos que tome el ayuntamiento deben ser horizontales para que el problema no vaya trasladándose de una zona a otra, sino que se erradique en todas por igual», concluyó el secretario de la entidad.


La ordenanza del ruido prevé multas de hasta 600 euros por tirar petardos y por el bricolaje nocturno
El ayuntamiento sancionará con 6.000 euros a las verbenas que incumplan los horarios
H. G., Valencia

El incumplimiento de la nueva ordenanza sobre ruidos y vibraciones del Ayuntamiento de Valencia puede costarle al infractor entre 60 y 6.000 euros. Por una infracción leve, como es disparar productos pirotécnicos fuera de los lugares acotados o no tener programada la alarma del coche para que no dure más de cinco minutos, la Policía Local de Valencia podrá imponer multas de entre 60 y 600 euros. El bricolaje nocturno, circular con un silenciador inadecuado, tener la música alta entre las 22 y las 8 de la mañana o utilizar amplificadores de voz o equipos de música en la calle también se consideran infracciones leves, sancionables hasta con 600 euros.

La reincidencia en infracciones leves, el incumplimiento de las condiciones establecidas en materia de contaminación acústica, la ocultación o alteración «maliciosa» de los datos sobre la contaminación acústica, instalar aparatos de aire acondicionado en las fachadas o emitir con el coche niveles de ruido superiores en seis decibelios a lo permitido se considerará infracción grave. Las multas en estos casos van de 601 a 6.000 euros. Verbenas no autorizadas o autorizadas que no cumplan los horarios se enfrentarán a idénticas sanciones. El concejal de Sanidad, Ramón Isidro Sanchis, entregó esta semana en la comisión de Medio Ambiente el borrador de la nueva ordenanza a los grupos de la oposición. El edil explicó ayer que «se trata del borrador elaborado por los técnicos y todavía faltan las aportaciones de los grupos de la oposición». Ramón Isidro Sanchis declaró que «espera consensuar el texto definitivo con los grupos políticos». La intención del gobierno local es llevar la ordenanza al pleno del mes de febrero para su aprobación, con lo cual la normativa podría estar en vigor para las Fallas de 2007. Se trata del segundo borrador que entrega el concejal de Sanidad en menos de un año. El ayuntamiento tenía que haber adaptado las ordenanzas del ruido a la nueva normativa europea, que entre otras cosas obliga a elaborar los mapas acústicos de las ciudades, en 2005.


Mediterráneo

CASTELLÓ SENSE SOROLL ELIGE A SU JUNTA DIRECTIVA
27/01/2007

Castellón La Associació Castelló Sense Soroll celebró anoche su primera asamblea, en la que se eligió a su presidente y los vocales de la misma. Antes de la votación, los integrantes de la plataforma analizaron los efectos del ruido en la salud de las personas, la legislación relativa a la contaminación acústica y los motivos que llevaron a los vecinos a crear la asociación.








LA POLICÍA LOCAL HA SANCIONADO A 16 JÓVENES POR MOLESTAR EN LA CALLE
Ponen 27 denuncias en Lagasca en un mes
Incumplir horario y música sin permiso, los motivos más frecuentes. La campaña de sensibilización espera llegar al 95% del público joven.
VICENT ESCAMILLA

El Ayuntamiento de Castellón ha registrado un total de 27 denuncias a locales de ocio de la calle Lagasca y adyacentes en menos de un mes, según datos de la Policía Local a los que ha tenido acceso este diario. Así, desde el pasado 21 de diciembre hasta el 13 de enero, los agentes municipales han denunciado a una media de siete establecimientos de esta zona durante cada fin de semana (de jueves a sábado).

Los principales motivos por los que se han impuesto las denuncias fueron el incumplimiento de los horarios de actividad, disponer de medios sonoros sin licencia y abrir sin permiso, según las fuentes municipales consultadas por Mediterráneo.

Asimismo, en ese periodo de tiempo, los agentes realizaron un total de siete mediciones acústicas en el área de Lagasca --en trámites para ser declarada zona acústicamente saturada (ZAS)-- que "en su mayoría" han obtenido resultados que superaban el nivel de ruido permitido. Las fuentes consultadas no concretaron las fechas en las que se llevaron a cabo las mediciones.

SANCIONES A PERSONAS Respecto a las actuaciones municipales en la vía pública en esta parte de la ciudad, la Policía denunció a un total de 16 personas que estaban molestando o no respetaban las mínimas normas de civismo cuando se hallaban en la calle.

En este sentido, el coordinador de la campaña Diviértete sin molestar, de la oenegé Controla Club, informó a este diario que, tras la inspección de la zona, el pasado jueves, confía en que el 95% de los jóvenes de marcha en las calles Lagasca y adyacentes "sean receptivos a la acción de concienciación sobre los efectos de los ruidos en el descanso de los vecinos". El frío, la lluvia y la coincidencia con época de exámenes ocasionaron que durante la noche del jueves los informadores sociales de ocio voluntarios no pudieran hacer ninguna encuesta en la zona.

En cambio, recorrieron las calles de esta parte de la ciudad junto con miembros de la Associació Castelló sense Soroll, para localizar los puntos conflictivos. Esta noche, los voluntarios vuelven a las calles. La oenegé tiene previsto reunirse con los hosteleros la semana próxima.

http://www.pspvcastello.com

25 de enero de 2007

CLARA TIRADO CRITICA AL PP POR ELUDIR RESPONSABILIDADES A LA HORA DE AFRONTAR LOS CONFLICTOS QUE PROVOCA EL EXCESO DE RUIDOS

La concejala socialista insta a Miquel Soler a “actuar sobre las causas que generan los conflictos y que deje de mirar hacia otro lado”

La edil considera que la permisividad del PP en los últimos años, favoreciendo la concentración de locales de ocio, propicia la acumulación de gente en la calle y los problemas de ruido

La concejal socialista Clara Tirado critica al Partido Popular por eludir responsabilidades a la hora de afrontar los problemas que provocan los ruidos a los ciudadanos de Castellón y denuncia su “incapacidad para dar respuesta a las peticiones de los colectivos vecinales”.

La edil del PSPV insta al concejal encargado del área, Miquel Soler, a “actuar sobre las causas que favorecen la generación de conflictos y que deje ya de una vez por todas de mirar hacia otro lado”. En este sentido, la concejala explica que es “la dejación de funciones del equipo de Gobierno de Alberto Fabra a la hora de hacer cumplir la legalidad a los locales de ocio y en el seguimiento administrativo de los expedientes, la que provoca los problemas vecinales”.

Para Clara Tirado, “la permisividad con la que ha actuado hasta ahora el Partido Popular en los últimos años, favoreciendo la concentración de locales de ocio en zonas concretas de la ciudad y la apertura de algunos locales sin la licencia adecuada, es la que propicia la acumulación de gente en la calle y las molestias a los ciudadanos”.

La concejala socialista asegura que “sólo la incapacidad para solventar esta situación hace que el edil del PP responsable de servicios públicos, Miquel Soler, se desentienda del problema y quiera derivar la responsabilidad del exceso de los ruidos en la calle a la Policía Nacional”. Tirado explica que parece que “el PP desconoce la normativa municipal y las competencias de la Policía Nacional”, e insta a Soler “a dimitir si se considera incapaz de solventar el problema de los ruidos dar paso a alguien que se crea más capacitado”.

La edil del PSPV asegura que “la política del Partido Popular durante los últimos años en el Ayuntamiento de Castellón ha propiciado una ciudad cada vez más hostil con los ciudadanos, donde las quejas por el exceso de ruidos se han multiplicado como ha pasado en Lagasca o la plaza Santa Clara”.

El Mundo

Viernes 26 de enero de 2007

Levante

RUIDOS
Tirado pide la dimisión de Soler por desconocer la normativa
El PSPV lamenta que derive responsabilidades a la Policía Nacional
Levante de Castelló, Castelló

La concejal socialista Clara Tirado critica al Partido Popular por eludir responsabilidades a la hora de afrontar los problemas que provocan los ruidos a los ciudadanos de Castelló y denuncia su «incapacidad para dar respuesta a las peticiones de los colectivos vecinales».

La edil del PSPV insta al concejal encargado del área, Miquel Soler, a «actuar sobre las causas que favorecen la generación de conflictos y que deje ya de una vez por todas de mirar hacia otro lado». En este sentido, la concejala explica que es «la dejación de funciones del equipo de Gobierno de Alberto Fabra a la hora de hacer cumplir la legalidad a los locales de ocio y en el seguimiento administrativo de los expedientes, la que provoca los problemas vecinales».

Para Clara Tirado, «la permisividad con la que ha actuado hasta ahora el Partido Popular en los últimos años, favoreciendo la concentración de locales de ocio en zonas concretas de la ciudad y la apertura de algunos locales sin la licencia adecuada, es la que propicia la acumulación de gente en la calle y las molestias a los ciudadanos». La concejala socialista asegura que «sólo la incapacidad para solventar esta situación hace que el edil del PP responsable de servicios públicos, Miquel Soler, se desentienda del problema y quiera derivar la responsabilidad del exceso de los ruidos en la calle a la Policía Nacional». Tirado explica que parece que «el PP desconoce la normativa municipal y las competencias de la Policía Nacional», e insta a Soler «a dimitir si se considera incapaz de solventar el problema de los ruidos dar paso a alguien que se crea más capacitado».

La edil del PSPV asegura que «la política del PP durante los últimos años en el Ayuntamiento de Castelló ha propiciado una ciudad cada vez más hostil con los ciudadanos, donde las quejas por el exceso de ruidos se han multiplicado como ha pasado en Lagasca o la plaza Santa Clara».

Mediterráneo.

Diez voluntarios "patrullan" desde ayer la zona de Lagasca para hablar sobre ruido
26/01/2007

Un equipo de diez informadores sociales de ocio (ISO), voluntarios de la oenegé Controla Club, recorrió ayer por primera vez la zona de la calle Lagasca y adyacentes. Su cometido es concienciar a los jóvenes de los efectos del ruido sobre la salud y el descanso de los vecinos. Estos voluntarios actuan entre las 22.00 y las 4.00 de la madrugada. Los informadores de ocio estarán en esta parte de la ciudad durante cinco fines de semana, en los que realizarán unas 1.500 encuestas.

Por otra parte, hoy, a partir de las 19.00 horas, se celebrará en el Edificio Hucha la asamblea de la Associació Castelló sense Soroll.




jueves, 25 de enero de 2007

Jueves 25 de enero de 2007

Levante

CONTAMINACIÓN ACÚSTICA
Comienza la campaña para evaluar el nivel de ruido en la zona de ocio de Lagasca
Controla Club realizará mediciones acústicas
Levante de Castelló, Castelló

Controla Club inicia hoy por la noche un estudio de la zona de Lagasca para comenzar a tomar medidas contra el ruido y, de esta forma, conciliar el ocio de los jóvenes con el descanso de los vecinos, a instancias del Ayuntamiento de Castelló. De esta forma, los responsables de esta campaña realizarán un recorrido por estas calles con el fin de determinar las zonas donde se produce una mayor concentración de jóvenes y de problemas, la proximidad de las viviendas con las zonas de ocio o los aparcamientos sobre las aceras, además de realizar un estudio sobre el perfil del público y el análisis de los horarios.

Además, mantendrán los primeros contactos con la asociación de vecinos, así como con los empresarios con el fin de conseguir un consenso que permita descansar a los vecinos y disfrutar a los jóvenes del ocio nocturno, siempre apelando a la responsabilidad del ciudadano. La iniciativa es «consecuencia del empeño del ayuntamiento de solucionar un problema que se ha generado en esta zona por lo que se trabajará por esa conciliación entre el ocio y el descanso de los vecinos y cuya tarea ya está llevando a cabo el consistorio a través de encuentros con los vecinos afectados y el colectivo de los empresarios y con controles exhaustivos por parte de la Policía Local», dice un comunicado.

De esta forma, el próximo sábado se iniciará la intervención de diez mediadores voluntarios que, desde las 22 horas de la noche hasta las 4 horas, recorrerán la zona donde realizarán un cuestionario a los jóvenes, ofrecerán información además de sensibilizar a éstos sobre el problema y realizarán una intervención directa sobre los coches mal estacionados y los excesos de ruido.



Valencia
La nueva ordenanza del ruido prohíbe el bricolaje de 10 de la noche a 8 de la mañana
El gobierno local podrá declarar zonas acústicamente saturadas sin pasar por el pleno
Levante-EMV, Valencia

El concejal de Sanidad, Ramón Isidro Sanchis, presentó ayer en la comisión de Medio Ambiente el segundo borrador de la nueva ordenanza de Ruidos y Vibraciones que incluye, entre otras medidas, la prohibición de realizar «trabajos domésticos» o bricolaje casero entre las 22 horas y las 8 de la mañana. Del mismo modo, nadie podrá ponerse a taladrar paredes o a dar martillazos los fines de semana antes de las 9,30 de la mañana.

La nueva ordenanza no fija parámetros de ruido concreto para la maquinaria, en especial para los vehículo-barredora, de la contrata de limpieza viaria. El ruido que provocan estas estas barredoras, así como los aparatos que expulsan aire a presión y sustituyen a las tradicionales escobas ha provocado numerosas quejas vecinales. Los niveles de ruido que emiten superan los 90 decibelios. A este respecto, el borrador de la ordenanza sólo establece que se adquirirán los aparatos más modernos, dando por supuesto que serán los que menos ruido hagan, pero no fija un nivel de ruido concreto. Por otro lado, el borrador prevé delegar en exclusiva en la Junta Local de Gobierno la potestad de declarar las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS) sin necesidad de que pase por el pleno.

Barredoras, perros y pirotecnia

La intención es aprobar provisionalmente la ordenanza, que debía estar en 2005, en el próximo pleno de febrero. La concejal de EU, Victoria González, comentó ayer que le parece «una ordenanza completa porque recoge todas las fuentes de ruido, incluidos los perros y la pirotecnia, lo difícil va ser llevarla a la práctica por que supone importantes cambios de hábitos ciudadanos»
En relación a las ZAS, la Asociación de Vecinos Arrancapins-La Petxina ha presentado un nuevo escrito ante el ayuntamiento solicitando que concluya el expediente de la ZAS de Juan Llorens, que lleva paralizado desde 1988.

Mediterráneo

Editoriales
Malestar por el ruido

25/01/2007

A los vecinos de la plaza del Real de Castellón les ha faltado tiempo para reclamar que, al igual que en otro distrito urbano como es la zona de Lagasca, se aplique allí las mismas medidas de control y solución al exceso de ruido y demás molestias que padecen por la concentración de jóvenes en torno a una conocida discoteca. Simplemente piden que haya el mismo trato para todos en cuanto a la problemática de la contaminación acústica.

Los movimientos vecinales, que entre sus principales reivindicaciones vienen reclamando mayor vigilancia en las zonas saturadas por el ruido, consideran que ha llegado el momento propicio para hacerse oír ante las administraciones. Y así lo están haciendo, tanto en la capital como en diferentes municipios de la provincia donde el problema es similar o de mayor gravedad .

El problema se plantea ahora en los ayuntamientos que, como en el caso de Castellón, han puesto en marcha campañas de concienciación entre los jóvenes que se concentran en determinadas zonas urbanas de ocio, pero consideran que los asuntos de orden público corresponden a la Subdelegación del Gobierno. En esta situación, mientras unos y otros se echan las culpas de las competencias o hacen oídos sordos, los sufridos vecinos padecen en sus propias carnes los excesos de ruido y los desmanes que cualquier concentración multitudinaria acarrea con que solo unos pocos se empeñen en fastidiar al prójimo.

La Associació Castellón Sense Soroll celebra su asamblea general
25/01/2007

La Associació Castelló Sense Soroll celebra mañana su primera asamblea, en la que dará cuenta de las gestiones realizadas desde su creación el 15 de diciembre y se acordarán nuevas estrategias contra el ruido. Tendrá lugar a las 19.00 en el Edificio Hucha, de Castellón.

Por otra parte, su portavoz, Joan Martínez, lamentó que el Ayuntamiento no facilite todos los datos sobre locales de ocio de la zona de Lagasca que se han solicitado por los vecinos.


EL AYUNTAMIENTO PODRÍA EXTENDER A OTRAS ZONAS LA CAMPAÑA DIVIÉRTETE SIN MOLESTAR DE LAGASCA
Soler insta a la Policía Nacional a actuar en el ruido del Real
Reitera que si el problema es en la calle debe actuar la Subdelegación. Critican que hay carteles fomentando el abuso del alcohol entre los jóvenes.
25/01/2007 VICENT ESCAMILLA

El concejal de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Castellón, Miguel Soler, explicó ayer al periódico Mediterráneo que las molestias por ruidos denunciadas recientemente por vecinos de la plaza del Real tienen su origen en la concentración de gente en la calle. Así, Soler instó al Cuerpo Nacional de Policía a controlar la situación, "con la plena colaboración de la Policía Local de Castellón".

Según explicó el edil, el Ayuntamiento hará las gestiones necesarias para "averiguar si el ruido lo ocasiona la discoteca que hay en las proximidades o si es de la gente en la calle". "En este segundo caso --reiteró-- será una cuestión de orden público" y, por tanto, "responsabilidad de la Subdelegación del Gobierno".

Asimismo, Soler manifestó que "atenderá" las circunstancias que denunció recientemente la Asociación de Vecinos del Raval de la Trinitat. Estos presentaron un escrito con firmas de los residentes de la plaza del Real en el que exigen más seguridad y medidas policiales contra la contaminación acústica.

Por su parte, fuentes municipales recordaron que el Ayuntamiento dispone de una consignación presupuestaria de 300.000 euros para erradicar los problemas de ruido "en todas las zonas" de la capital de la Plana.


POSIBLES ACCIONES Además, el concejal de Servicios Públicos explicó que el consistorio está "a la expectativa" de cómo funcionará la iniciativa Diviértete sin Molestar que comienza este fin de semana en la zona de Lagasca. Si es efectiva, "la extenderemos a otros ámbitos de la ciudad con problemas de ruidos".

Por otra parte, desde la asociación vecinal del Raval criticaron la presencia de carteles que fomentan el consumo de alcohol en "varias calles del barrio". Por ello, entregarán hoy un escrito en el consistorio para reclamar "un plan de prevención del ocio nocturno" y el fomento de la educación de los jóvenes respecto a los riesgos del alcohol.

miércoles, 24 de enero de 2007

Miércoles 24 de enero de 2007

Levante

El PSPV denuncia que las obras del casino comienzan sin licencias de obra y actividad
Advierte que el ayuntamiento ni siquiera conoce las medidas de seguridad previstas
Nacho Martín, Castelló

[Nota: estas actuaciones, inicios de obras (o inicio de actividad) sin licencia, es lo que venimos denunciando desde Castelló Sense Soroll. Primero licencias y permisos, y después obras y apertura de actividad.
Sr. Alberto Fabra, “Permisividad cero”]


Ajuntament de Castelló.

Moliner: "El PSOE miente a propósito porque es falso que las obras del casino hayan comenzado sin licencia"
Miercoles, 24 de Enero de 2007

El concejal de Urbanismo y portavoz adjunto del grupo municipal del PP, Javier Moliner, ha desmentido esta mañana las declaraciones del portavoz adjunto del grupo municipal socialista, Miguel Alcalde, en las que afirmaba que las obras del casino han comenzado sin licencia de obra y actividad y ha confirmado que dichas declaraciones realizadas por el socialista “son falsas porque el PSOE miente a propósito y lo sabe. Yo mismo le enseñé al señor Alcalde en una comisión de Urbanismo la licencia de adecuación del antiguo cobertizo”.

Según ha explicado Javier Moliner, “es lamentable que el PSOE, de forma sistemática, genere la sensación de desorden con declaraciones falsas que no corresponden con la realidad” porque todos los trabajos que se están realizando en ese edificio “están ampliamente amparados por la licencia de adecuación pertinente”.

Así, el concejal de Urbanismo también ha comentado que, en la actualidad, la empresa responsable de los trabajos está a la espera de la licencia de obra para poder ejecutar el resto de estos trabajos, ya que la nueva legislación permite otorgar el permiso de obra de forma independiente a la licencia de actividad.

Levante

Los vecinos de Lagasca vuelven a denunciar la falta de datos y de medidas contra el ruido nocturno
Las mediciones no empezarán hasta la segunda semana de febrero
Nacho Martín, Castelló

Los portavoces vecinales de la calle Lagasca denunciaron ayer que el ayuntamiento continúa sin ofrecer datos requeridos sobre las licencias de actividad y los controles de aforo de determinados locales de ocio nocturno. Además, aseguran que las molestias a los vecinos no han variado respecto a la tendencia de los últimos años. Eso sí, los vecinos han exigido al gobierno local el compromiso de que las mediciones de ruido comiencen la segunda semana de febrero.

Este es el resultado del encuentro que reunió ayer a concejales de los tres grupos municipales (PP, PSPV y Bloc) con los vecinos del entorno de la calle Lagasca, constituidos en la asociación Castelló Sense Soroll. 24 horas antes de la reunión con los representantes municipales, el colectivo de vecinos había mantenido un encuentro para abordar la falta de datos sobre las molestias generadas por los locales de ocio (entre ellas las mediciones de ruido). Las conclusiones que sacó el presidente de la asociación, Juan Martínez, fueron explícitas: «el ayuntamiento no nos da datos y tampoco vemos que se tomen medidas urgentes para la declaración de Zona Acústicamente Saturada (ZAS). Esperamos que en la reunión de mañana se nos de algo más, porque hasta ahora tenemos bien poco».

Además, Martínez destacó que encuentran irregularidades en algunas de las licencias de locales de ocio que supuestamente cumplen con todas las normativas. «Hay algunos casos donde las licencias y el cumplimiento de la legalidad no lo vemos demasiado claro».

Ese mismo día, un sector de empresarios de locales de ocio de la calle Lagasca (miembros del colectivo Ashotur) había manifestado al ayuntamiento su oposición a la declaración de Zona Acústicamente Saturada (ZAS) en la calle Lagasca (dado que perjudicaría a sus negocios), aunque sí mostró su predisposición a colaborar para cumplir de forma estricta la legalidad.

Por lo pronto, los informes técnicos del ayuntamiento revelan que las autoridades tenían en su poder denuncias a un mínimo de 12 locales de ocio nocturno del entorno de la calle Lagasca y algunas de ellas se remontan incluso al año 2000.

Pese a ello, el gobierno local no aceptó las reivindicaciones vecinales para declarar el barrio como Zona Acústicamente Saturada (ZAS) hasta el pasado 28 de noviembre de 2006 -justo 72 horas después de que el Tribunal Supremo condenara a prisión al alcalde de Vila-real, Manuel Vilanova, por ignorar denuncias vecinales relacionadas con la contaminación acústica-. La documentación saca a la luz que en Castelló se arrastran denuncias de hace seis años.

Mediterráneo.

PROYECTO CORENET
Los regantes se informarán del agua por SMS y mail
24/01/2007 D. G.

El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), Andrés del Campo, manifestó ayer, durante la presentación de los resultados del proyecto Corenet en Madrid, que más de medio millón de regantes se sumarán a esta red de servicios y recogida de datos en los próximos cuatro años, lo que permitirá mejorar la gestión del agua para regadío de 1,6 millones de hectáreas, entre ellos los de la Comunitat.

En la actualidad, a través de Corenet, los gestores de las comunidades de regantes difunden información urgente para sus comuneros mediante web, e-mail o SMS.

[Otra nota: Si los regantes pueden tener datos de riego por Internet, ¿por que el Ayuntamiento (y los vecinos) no puede tener la información de los decibelios existentes en los locales de ocio por ese mismo sistema?. A pesar de la crisis agrícola, los pobres agricultores se suman a las nuevas tecnologías. Esperemos que este sistema se implante pronto, ya que permitiría controlar con efectividad el ruido y los horarios de los locales, a un coste mínimo.]

Martes 23 de enero de 2007

Crónica de Castelló (del 18 al 25 de enero de 2007)



















Mediterráneo

DENUNCIAN EL ESCÁNDALO, LOS ORINES Y LOS VÓMITOS EN LOS PORTALES
Los vecinos se movilizan contra los ruidos en la plaza del Real
Entregan en el ayuntamiento un escrito con firmas pidiendo solución. Raval de la Trinitat exige más seguridad y que se atajen las molestias en la zona.
23/01/2007 M. C TOMÁS V. ESCAMILLA

La Asociación de Vecinos del Raval de la Trinitat, que representa a 800 familias, ha presentado en el registro del ayuntamiento de Castellón un escrito con firmas de los residentes de la plaza del Real en el que reivindican más seguridad y soluciones a los ruidos que ocasiona la proximidad de una discoteca.

"La asociación de Raval de la Trinitat, a petición urgente de los vecinos de la plaza del Real, solicita que se tomen medidas pertinentes y urgentes, ya que no se puede soportar más los escándalos que se producen por la discoteca situada allí, así como los ruidos excesivos, los vómitos y las meadas en los portales", según recoge el citado escrito. El documento fue entregado en el registro del Ayuntamiento el viernes día 19, revela: "Pensamos que por encima de leyes y ordenanzas municipales están los derechos humanos".

Aparte de las molestias que genera la discoteca y la acumulación de gente en la calle, hay una preocupación por la sensación de inseguridad existente en la zona, por lo que fuentes de la entidad reclaman mayor presencia policial. Así, el sábado 13, en una pelea entre menores ocurrida en la plaza en la que intervinieron una veintena de menores de entre 13 y 15 años, obligó a intervenir a los agentes del Cuerpo Nacional de Policía.

Además, según el colectivo vecinal, el pasado fin de semana le fue sustraído un teléfono móvil a una chica en la esquina de la Puerta del Sol con calle Trinidad.

Los vecinos adjuntaron un escrito con alrededor de 70 firmas, en representación de los vecinos afectados de la plaza.

Asimismo, el Raval baraja la posibilidad de asistir a la asamblea general de la Associació Sense Soroll, que será el viernes, que ya se ha puesto en contacto con la entidad. Además, el Raval de la Trinitat acordó pedir un informe de las reuniones y acuerdos elaborados en el grupo de Ordenanzas y Reglamentos del Consejo Municipal de Participación Ciudadana sobre esl tema.

Levante





















domingo, 21 de enero de 2007

Domingo 21 de enero de 2007

El Mundo

Especial contaminación acústica.

























Las Provincias

Las multas a los locales de ocio de la provincia se multiplican por cuatro en los dos últimos años
Las faltas muy graves como incumplir las medidas de seguridad o exceder el aforo permitido se disparan
Casi medio millar de locales de ocio de la provincia fueron expedientados en 2006 por infringir la normativa vigente. La cifra multiplica por cuatro las sanciones dictadas dos años antes. Además, las faltas consideradas muy graves como incumplir las medidas de seguridad y exceder el aforo con riesgo para los usuarios, se disparan.
L. ORTEGA/ CASTELLÓN

La Conselleria de Justicia, Interior y Administraciones Públicas ha expedientado a 474 locales de ocio de Castellón en 2006, una cifra que supera con creces los 288 expedientes del pasado año y que multiplica por cuatro los realizados en 2004.

Una vez más, las sanciones que más veces se han repetido en Castellón han sido las realizadas por incumplir los horarios de cierre, un tema que sigue siendo el caballo de batalla entre vecinos y empresarios del ocio y que durante 2006 alcanzó la cifra de 185. De esta forma se confirma que cada año son más los locales que se saltan a la torera el horario de cierre establecido, ya que en 2005 la cifra fue de 112.

Tras este incumplimiento, le siguen dos infracciones consideradas graves como es el caso de mantener abierto un establecimiento careciendo de licencia y utilizar medios sonoros sin la correspondiente autorización, hechos que este año han superado los 70 casos en cada una de ellas. Si en el caso de la utilización de medios sonoros, el Consell ha pasado de multar de 53 locales a 72 en un año, esta situación se dispara en cuanto a la falta de licencia.

Así, en 2005 tan sólo cuatro instalaciones fueron sancionadas por carecer de licencia. Durante el pasado año, las sanciones se situaron en 73, lo que demostraría la proliferación de locales irregulares en la provincia. Además, otros 70 fueron multados por la Conselleria de Justicia, Interior y Administraciones Públicas por carecer de seguro.

El resto de infracciones se reparten más o menos de forma equitativa al año anterior, aumentando ligeramente el número de multas. En este sentido, llama la atención que se han duplicado las sanciones por incumplir las medidas de seguridad o sanidad sin grave riesgo para las personas, y que en ocho establecimientos se detectó la venta y suministro de bebidas alcohólicas a menores de edad.

Todas estos incumplimientos están consideradas como graves, por lo que fueron sancionadas con multas que van de los 600 a 30.000 euros, e incluso hasta 300.000 si es de forma acumulativa. Además, la administración también puede proceder al cierre temporal del local.

Infracciones muy graves
No obstante, lo que más preocupa es que los incumplimientos considerados como muy graves por la Ley de Espectáculos, se han duplicado en un año y quintuplicado desde 2004. Durante 2006 se produjeron 22 de estas infracciones, superando con creces las 10 de 2004 y las cuatro de 2004.

Lo importante de estas situaciones es el grave peligro que estas infracciones, causa de la dejadez e irresponsabilidad de los propietarios, puede entrañar a los clientes.

Así, por ejemplo, la Conselleria sancionó a siete establecimientos por incumplir las medidas de seguridad, cuando en 2005 no sancionó a ninguno por este motivo. Lo mismo ocurrió con la superación del aforo, que en el pasado año se excedió en 4 ocasiones con grave riesgo para las personas. Además, de un año para otro se ha duplicado la falta de colaboración con los agentes de la autoridad, alcanzando las ocho ocasiones, mientras que se ha mantenido estable el incumplimiento de las medidas de evacuación (sólo una sanción). Tan sólo ha descendido en este apartado la permisividad de acciones ilegales, referentes sobre todo al consumo de drogas.


Diez jóvenes lucharán contra el ruido a partir del jueves concienciando a más de 10.000 personas en Lagasca
REDACCIÓN/ CASTELLÓN

El próximo jueves arrancará en las calles más céntricas de Castellón una novedosa iniciativa para intentar combatir el ruido en las zonas de ocio nocturnas de la ciudad.

Con el lema Diviértete sin molestar , diez jóvenes voluntarios de la ONG Controla Club recorrerán las calles realizando tareas preventivas, informativas y de concienciación sobre los mensajes que quiere lanzar esta campaña. El objetivo será recabar toda la información posible sobre la percepción social y el grado de concienciación existente sobre el problema del impacto del ocio entre los visitantes de las zonas de ocio y su voluntad de colaboración en la solución de estos problemas. Para ello, se llevarán a cabo 1.500 encuestas en dichas zonas.

Así, se quiere evaluar las reacciones de los ciudadanos ante los mensajes y actividades del programa de concienciación e incidir en el refuerzo de las actitudes más positivas.

Este programa piloto que se llevará a cabo durante cinco fines de semana, a partir del jueves, de 10 de la noche a cuatro de la madrugada, espera transmitir a más de 10.000 personas sus mensajes de concienciación, captar la participación activa de más de 100 locales de ocio, minimizar el impacto provocado por el mal funcionamiento de las dobles puertas de los locales, reducir el volumen de basuras, etcétera.

Por otra parte, el grupo socialista ha denunciado que el inicio de las mediciones de ruido en la zona de la calle Lagasca coincidió “precisamente cuando todos los locales de ocio como pubs y discotecas estaban cerrados, debido a que los estudiantes de la Universitat Jaume I están en periodo de exámenes”.

Mediciones durante los exámenes
La concejala del PSPV Montse Ferrer criticó que éste no es el momento más oportuno para comenzar los trabajos de medición, “a menos que esta actuación encubra la voluntad del PP de no declarar Zona Acústicamente Saturada (ZAS) la calle Lagasca y adyacentes”.

Por ello, Ferrer apuntó que “si las mediciones se iniciarán a partir de la segunda semana del mes de febrero darían a conocer mejor la realidad sonora de la zona durante toda la semana, mientras que las de ahora pueden ser engañosas”.

Un año prisión para un joven por apalear a otro en la calle Lagasca
L. O./ CASTELLÓN

Un vecino de Castellón, de 24 años, ha sido condenado a un año de prisión por un delito de lesiones tras haber protagonizado una pelea a la salida de una discoteca de la calle Lagasca de Castellón. La Audiencia Provincial ha confirmado la sentencia dictada por el Juzgado de Instrucción número 5 de Castellón, que le impuso además una indemnización de 931 euros para su víctima.

La agresión tuvo lugar en mayo de 2004 cuando el condenado, José Luis A. vio a un amigo discutiendo con otra persona a la salida del local. Según la sentencia, “al ver la situación creada, se acercó hasta J. J. B. y le propinó un puñetazo en la zona del pómulo”.

Tras esta agresión, la víctima huyó del lugar, pero fue perseguido por José Luis que, después de que el otro joven cayera al suelo, comenzó a darle patadas hasta que fue separado por dos agentes de la Policía Nacional. Como consecuencia de esta agresión J. J. B. sufrió lesiones por las que necesitó tratamiento médico.