domingo, 30 de agosto de 2009

Domingo 30 de agosto de 2009

 

VIZCAYA

Castro instalará 22 sonómetros en los locales de ocio

Las multas por exceso de ruido tras el verano podrán alcanzar los 4.200 euros

ElCorreoDigital - 29.08.09 - SERGIO LLAMAS | BARAKALDO

Ni un decibelio de más. Cuando termine el verano, los locales de ocio nocturno de Castro no podrán exceder ni una décima el volumen de su música o el Ayuntamiento lo sabrá enseguida. Hasta 22 sonómetros instalados en los propios pubs se encargarán de registrar la información sobre los ruidos emitidos y enviarlos de forma inmediata al Departamento de Medio Ambiente, encargado de velar por el cumplimiento de la normativa.

El Consistorio costero ya ha enviado una carta informando a los dueños de los locales en los que se instalarán los sonómetros durante la segunda quincena de septiembre. «En ella se les explican los fundamentos jurídicos y los motivos por los que se lleva a cabo la medida, además de informarles sobre los correspondientes recursos», aclara el concejal de Medio Ambiente, Pedro Quintana. Él entiende que la iniciativa servirá tanto a los vecinos afectados por los ruidos, como a los dueños de los bares de copas que acatan la normativa. «Hasta ahora se sabía que había ruido, pero al concentrarse varios locales en una zona no podíamos determinar quién estaba excediendo el límite permitido», revela el edil.

Los sonómetros estarán presentes en las calles de Artiñano, Ardigales, Rúa y Arturo Dúo. Colgarán de la fachada de todos los bares de copas que tienen permiso para abrir hasta las cuatro y media de la madrugada, salvo en un par que están más alejados de residencias privadas y por lo tanto no han recibido quejas. Su misión será medir los decibelios que se producen dentro del local -la ley marca un máximo de 120, pero se puede superar si se coloca un cartel informativo- y sobre todo los que llegan a los hogares adyacentes. Ahí el criterio será tajante. Si en algún momento el eco de la música rebasa los 30 decibelios en un domicilio, se penalizará al establecimiento.

Bricolaje en domingo

Y las multas no son para tomárselas a broma. Las infracciones leves pueden acarrear sanciones de hasta 600 euros, mientras que las graves pueden llegar a los 1.800 y las muy graves a los 4.200 euros. «Incluso si se incumple el nivel permitido de forma reiterada se puede llegar al cierre temporal o definitivo del local», avisa Quintana.

Aunque los 22 sonómetros entrarán en funcionamiento a finales de septiembre, el Ayuntamiento prevé más medidas para el futuro. Entre ellas estudia la opción de conectar los sonómetros con la comisaría de policía local, para que los agentes sepan en qué momento el ruido en la calle supera los 65 decibelios y puedan actuar de inmediato.

Pero la batalla de Castro contra los ruidos no se limita a las zonas de ocio nocturno. A finales del pasado año la institución local también prohibió los molestos ruidos causados por las pequeñas reparaciones y chapuzas domésticas en domingo o los días de fiesta. «Es una medida por la que nos han felicitado muchos vecinos», asegura.

SEGOVIA

El Ayuntamiento debe multar a quienes beban alcohol en la calle y garantizar el descanso en la zona de Infanta Isabel

El Procurador del Común pide al Consistorio que «extremeel rigor» para acabar con el ruido que el ocio nocturno genera

NorteCastilla – 29-08-09 - EL NORTE - | SEGOVIA

El Ayuntamiento debe multar a quienes beban alcohol en la calle y garantizar el descanso en la zona de Infanta Isabel

Numerosos jóvenes se concentran en las noches de verano en la calle Infanta Isabel, más conocida como calle de los bares. Los vecinos están hartos del ruido que los ruidos que el ocio genera. / EL NORTE

La Ley del Ruido de Castilla y León que acaba de entrar en vigor está con los vecinos que sufren las consecuencias de la 'movida' nocturna. Sólo falta que las instituciones competentes la apliquen y no ocurra como con la ordenanza municipal que prohíbe beber alcohol en la vía pública, que en el caso de Segovia ni se cumple ni el Ayuntamiento procura hacerlo.

Pero los vecinos afectados por el ruido y otras incomodidades derivadas de las noches de ocio en los centros urbanos de las poblaciones van ganando terreno. El Procurador del Común acaba de dar la razón a los vecinos de la calle Infanta Isabel de Segovia, la popularmente llamada 'calle de los bares', quizá una de las más ruidosas de la capital. Después de recabar toda la documentación existente y estudiar a fondo el problema, la institución ha enviado al Ayuntamiento de Segovia una resolución en la que le pide que sancione a aquellas personas que consuman alcohol en la vía pública y también a los establecimientos hosteleros que dispensen esas bebidas alcohólicas, tal y como se prevé en la Ley 3/1994, de 9 de marzo, de Prevención, Asistencia e Integración Social de Drogodependientes en Castilla y León, y en el artículo 15 de la Ordenanza Municipal de Convivencia Ciudadana.

Según el Procurador del Común, la Corporación municipal debe extremar el rigor en la aplicación de sus deberes legales, «por lo que lo la Policía Local debería adoptar las medidas precisas, incluso las coactivas, para evitar el consumo de bebidas alcohólicas en la calle Infanta Isabel, formulando las oportunas denuncias tanto a las personas que consuman, como a los establecimientos que las dispensen y acordando la incoación de los oportunos expedientes sancionadores».

La resolución, que no es vinculante pero representa un espaldarazo moral muy importante para los vecinos afectados, apunta también a la Policía Local, a la que el Común pide incrementar la intensidad de las actuaciones inspectoras y sancionadoras en relación con el consumo de alcohol en la vía pública «con el fin de hacer compatible en la misma el respeto al derecho al descanso de los vecinos de la calle Infanta Isabel con el disfrute del ocio, garantizando el cumplimiento de la normativa aplicable y en especial de las limitaciones de venta, disposición y consumo de bebidas alcohólicas».

Área saturada

La nueva Ley del Ruido prevé la posibilidad de declarar Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS) aquellas áreas del municipio donde existan numerosos establecimientos o actividades destinadas al ocio, así como niveles sonoros ambientales producidos por la adición de las múltiples actividades y por las personas que las utilizan que sobrepasen los límites acústicos permitidos.

En este sentido, el Procurador del Común solicita al Ayuntamiento que inicie los estudios pertinentes para comprobar si procede declarar la calle Infanta Isabel como Zona Acústicamente Saturada. Por último, la institución que encarna Javier Amoedo reclama que se ejerzan las potestades administrativas correspondientes sobre aquellos establecimientos de la calle Infanta Isabel para comprobar si su funcionamiento se adecúa al contenido de su licencia.

Independientemente de lo anterior, el Procurador de Común recomienda al Ayuntamiento que adopte medidas que fomenten el ocio alternativo entre los jóvenes para evitar situaciones como las denunciadas por los vecinos de Infanta Isabel, que están al límite de su paciencia debido al «insoportable» índice de ruido que muchas noches tienen que soportar, que se incrementa en verano.

En la resolución, a la que ha tenido acceso EL NORTE, el Común hace referencia al «ruido constante» que están sufriendo los vecinos de la zona (el problema no sólo afecta a los residentes en Infanta Isabel sino también a los vecinos del Patín y de las calles Herrería y José Canalejas) «como consecuencia de la aglomeración de público al existir numerosos establecimientos de ocio en dicho lugar».

SEGOVIA

La Policía sancionó el año pasado a tres locales de la 'calle de los bares' por dejar sacar bebidas a la vía pública

El municipio admite que el ruido y la concentración de personas en la zona es algo «público y notorio»

NorteCastilla - 29.08.09 - EL NORTE | SEGOVIA

La Policía sancionó el año pasado a tres locales de la 'calle de los bares' por dejar sacar bebidas a la vía pública

Dos policías levantan acta en la calle de los bares./ EL NORTE

El Ayuntamiento de Segovia le ha reconocido al Procurador del Común que el ruido constante que están sufriendo los vecinos de Infanta Isabel como consecuencia de la aglomeración de público al existir numerosos locales de ocio es algo «público y notorio», pero los residentes en la zona opinan que no se hace todo lo posible para encontrar una solución que acabe con sus noches de insomnio.

En el informe que el Consistorio elaboró a instancias del Procurador del Común, el Ayuntamiento asegura que la Policía Local impuso el 2008 seis denuncias a tres establecimientos de Infanta Isabel por permitir sacar bebidas alcohólicas a la vía pública, así como otras dos por orinar en la calle y dieciséis más por el incumplimiento del horario de cierre a distintos establecimientos de la tristemente famosa 'calle de los bares'.

También sostiene el Ayuntamiento que el año pasado atendió nueve requerimientos por alteraciones de la seguridad ciudadana y otros diez «sobre otras cuestiones de interés (charangas en la vía pública hasta altas horas, jóvenes llamando a los porteros, etcétera).

El Consistorio asegura que ha realizado mediciones en los domicilios a petición de los propios vecinos e incoado expedientes para la adopción de medidas correctoras en materia de aislamiento acústico, la imposición de sanciones económicas y el precinto de aparatos reproductores de sonido (equipo de música, televisiones).

«No es suficiente»

La Subdelegación del Gobierno informa asimismo de que la Policía Nacional realiza «habituales» patrullas de vigilancia de madrugada en la zona centro de la ciudad y en prevención de posibles hechos delictivos.

Pero los vecinos no aceptan las justificaciones de las administraciones porque no ven resultados efectivos. Los ruidos siguen existiendo, y no sólo los fines de semana, sino también en las noches de un día cualquiera.

Tanto es así que varios vecinos de la zona han decidido pasar a la acción. En unos días, tendrán constituida una nueva asociación, de nombre Segovia Cívica, que surge para combatir el ruido y la degradación de las calles Infanta Isabel y aledañas (Patín, Herrería, José Canalejas). Los residentes afectados estudian muy seriamente la posibilidad de denunciar al Ayuntamiento de Segovia por su incapacidad para atajar un problema que está deteriorando la convivencia y garantizar el derecho al descanso de los vecinos, protegido ahora más que nunca desde la entrada en vigor, hace unas semanas, de la Ley del Ruido de Castilla y León.

REPORTAJE: Violencia entre bandas latinas

Hartos de los bares

Vecinos de la calle de Orense piden el cierre de los locales y más seguridad

F. J. BARROSO - Madrid - 29/08/2009

Hartos. Así dicen estar los vecinos de Azca, en la calle de Orense, de todos los problemas que arrastran por culpa de los bares de copas. Peleas continuas, ruidos a cualquier hora de la noche y suciedad, mucha suciedad que llega hasta sus portales, cuando los jóvenes que acuden a esta zona de copas se meten en ellos para orinar.

“Los portales los hemos tenido que cerrar a cal y canto porque antes se colaban y hacían todo tipo de cosas. Una mañana de un sábado o un domingo, la entrada al edificio parecía un auténtico estercolero, con olores a meadas que llegaban a toda la escalera”. La que se queja es Pilar, una vecina de la calle de Orense que asegura que está harta de aguantar durante años las broncas que se forman durante los fines de semana.

Los problemas llegan sobre todo los fines de semana, pero también los días previos, como los jueves, en que muchos chavales jóvenes y no tan jóvenes acuden a este lugar en el que se concentran una docena de bares. “Antiguamente, venían macarras, después gente de ultraderecha y ahora mucho suramericano a los bares de música latina”, describe el portero de un inmueble.

La estructura de esta zona de oficinas y bares la hace especialmente predispuesta para que se formen grandes concentraciones. Los comercios tienen su entrada por la calle de Orense. Cierran en general a las ocho y media de la tarde. A esa hora ya empiezan a verse a grupos de jóvenes tomando alcohol en las zonas próximas a los bares. El momento de mayor presencia se da entre las dos y las cuatro de la madrugada, cuando centenares y centenares de personas se adentran en estos bares.

“Todos los días las escaleras que suben a Orense están llenas de meadas. Es imposible bajar al perro o dar una vuelta sin que a uno se le revuelva el estómago”, destaca Manuel, que pasea con su mascota. “Es necesario que se cierren algunos locales o esto cada vez va a ir a peor”, agregaba.

Pero el mayor problema es la inseguridad. Cada cierto tiempo, Azca salta a los medios de comunicación por una muerte violenta. “Eso es lo peor, pero todos los fines de semana hay peleas y reyertas entre jóvenes. Beben mucho y no saben controlarse. Los gritos se oyen desde mi casa y muchas veces no nos dejan ni dormir”, añade José María, otro residente. “Es cierto que llevábamos una temporada muy tranquilos, quizá por el verano, pero necesitamos que haya mayor presencia policial, que aumente la seguridad para que no se repitan hechos como el de esta madrugada”, añadía a renglón seguido.

La policía mantiene que la zona está vigilada y que todas las noches hay agentes uniformados y de paisano. Patrullan por la zona para evitar crímenes como el de ayer. “Desde luego, no podemos estar en todas las partes y mucho menos dentro de los locales donde se producen la mayoría de las peleas y las reyertas. Cuando nos avisan, vamos de inmediato”, destacó un mando policial.

Lo que no parece haber frenado la violencia y los problemas de la zona es la minicomisaría abierta hace ya 10 años en esta zona. La Delegación del Gobierno pactó en febrero de 1999 un plan de choque contra la inseguridad que ya sufría entonces Azca. Los responsables políticos la promocionaron como “primordial para la prevención de la delincuencia”.

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