domingo, 7 de octubre de 2007

Domingo 7 de octubre de 2007

Las Provincias

Castellón

El Consell frena los planes para edificar 16.000 casas junto al aeropuerto de Vilanova por su impacto sonoro

El Ayuntamiento remite documentación para salvar el concierto previo del PGOU, que proyecta viviendas para 35.000 nuevos vecinos

LORENA ORTEGA/ CASTELLÓN

http://www.lasprovincias.es/castellon/prensa/20071007/castellon/consell-frena-planes-para_20071007.html

La Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda considera “muy excesivo” e “injustificado desde el punto de vista ambiental” el plan de desarrollo urbanístico planteado por el Ayuntamiento de Vilanova d’Alcolea, que prevé un incremento de suelo residencial de más de 15 millones de metros cuadrados.

El departamento autonómico emitió este verano un informe desfavorable rechazando el concierto previo para el nuevo Plan General de Ordenación Urbanística del municipio. Se trata de la segunda vez que el Consell se pronuncia en contra del planeamiento urbanístico de la localidad desde que recibieran el primer documento hace ya un año.

Actualmente el departamento que dirige José Ramón García Antón está estudiando nuevos documentos remitidos a mediados del mes pasado por el Ayuntamiento de Vilanova.

En el último informe, emitido por la Dirección Territorial de Territorio y Vivienda el 10 de julio de 2007, se concluye que “no se justifican desde el punto de vista ambiental varios de los sectores residenciales propuestos en la mitad este del municipio” y apunta que, con este pronunciamiento, ya son dos las ocasiones que el Ayuntamiento de Vilanova ha remitido documentos “deficientes” por omitir aspectos ambientales.

En concreto, los planes urbanísticos previstos en el municipio contemplan la construcción de 16.000 viviendas para más de 33.500 nuevos habitantes, lo que, según la Conselleria, “supone un enorme incremento de suelo urbanizable” que tildan de “muy excesivo”.

Desarrollos junto al aeropuerto

El documento establece que “no se puede entender, desde criterios ambientales, que habiéndose reconocido en el procedimiento del estudio de impacto ambiental de las instalaciones aeroportuarias el impacto acústico por proximidad sobre los núcleos urbanos de Benlloch y Vilanova, se promuevan ahora nuevos desarrollos de suelos residenciales en las proximidades o colindantes al aeropuerto”.

Según explica el primer teniente de alcalde y concejal de Urbanismo de Vilanova d’Alcolea, Joaquín Laborda, tras recibir este informe el Consistorio remitió el mes pasado nuevos documentos y correcciones sobre el planeamiento urbanístico del municipio.

Laborda confirmó no obstante que la proyección de las 16.000 viviendas se mantiene y explicó que el concierto previo habla sólo de “intenciones de futuro”, por lo que los estudios para definir el impacto acústico se harían a posteriori, una vez que los planes estén más definidos.

Según el edil de Urbanismo, todos los nuevos sectores urbanísticos planteados en el concierto previo rechazado por el Consell están fuera del margen de 22 kilómetros cuadrados del aeropuerto. Un espacio que conforma el terreno delimitado por el Plan Especial de la instalación aeroportuaria.

El informe de Medio Ambiente concluye que los sectores 5, 10 y 11 son los tres que “no se justifican desde el punto de vista ambiental”, por lo que pide a la nueva Corporación que aporte documentos sobre la sostenibilidad de este desarrollo.

Entre la información solicitada pide que se justifique la existencia de suficientes recursos hídricos para atender la demanda y para la gestión de residuos.

Necesario un estudio acústico

Finalmente, establece necesario e “imprescindible” que se elabore un estudio acústico global de todo el término municipal “que refleje obligatoriamente los resultados de los estudios acústicos detallados de las principales fuentes sonoras en la situación real y en la previsible, es decir, añadiendo los efectos acústicos producidos una vez entre en funcionamiento el aeropuerto”.

También solicita estudios acústicos de las infraestructuras viales y los nuevos sectores urbanizables.

ABC

Alegres y ruidosos

POR LUZ DERQUI - VALENCIA.

http://www.abc.es/20071007/valencia-valencia/alegres-ruidosos_200710070249.html

Más allá de los tópicos, los valencianos siguen teniendo la imagen de gente social, divertida, creativa y hospitalaria, pero también de festera, ruidosa, pasota, «xafarda» (cotilla) y un tanto irresponsable.

Son la cara y la cruz de cómo se ven a sí mismos y cómo les ven, según los datos que se desprenden de una encuesta elaborada por la Conselleria de Educación que recoge opiniones de un amplio abanico de gentes de todas las edades, sexo y estatus social y laboral.

La imagen que los valencianos tienen de sí mismos parece ser la que también proyectan, de acuerdo con la opinión de los extranjeros que visitan la Comunidad y cuyo juicio corrobora los resultados del sondeo realizado a los valencianos, especialmente en lo que respecta a sus características positivas.

Abiertos, sociales y francos. Éstas son las cualidades en las que primero piensan los propios valencianos al referirse a ellos mismos, aunque le siguen de cerca los adjetivos de simpático, divertidos y alegres, además de considerarse buena gente y en posesión de un muy buen carácter.

A más distancia, en el resultado de las respuestas se sitúan adjetivos relacionados con sus fiestas más universales, ya que el valenciano se autodefine como creativo e imaginativo, pero también festero y marchoso. La hospitalidad, la generosidad y la solidaridad también figuran en el ranking de buenas cualidades, siempre según la citada encuesta.

No tan trabajador ni generoso

La cosa cambia un poco si el estudio se valora según las contestaciones ofrecidas por cada uno de los grupos de población, ya que los comerciantes no creen que los valencianos sean tan trabajadores ni simpáticos, y mucho menos generosos.

En cuanto a los extranjeros que han visitado la ciudad de Valencia, son muchos los que comparten la opinión de que sus habitantes son sociables y alegres, pero menos los que los consideran creativos, marchosos o trabajadores.

«Meninfotisme» y ruido

En el capítulo de la autocrítica, los valencianos prefieren hacer uso del conocido «pasapalabra». Así, la respuesta no sabe/no contesta es la más utilizada cuando se les inquiere por las características más negativas de las gentes que habitan la Comunidad Valenciana. Y puestos a admitir algún «defectillo», el pasotismo y el «meninfotisme» son las cualidades más reconocidas. En menor porcentaje reconocen ser irresponsables y despreocupados y, por supuesto, ruidosos, un adjetivo que suele ir acompañado de maleducados y poco respetuosos.

«No hacen caso de lo que tienen», poco amigos del esfuerzo, falsos e hipócritas son algunas otras cualidades negativas reconocidas en la encuesta, aunque en la zona más baja de la tabla, con un magro tres por ciento.

La encuesta realizada por la Conselleria de Educación a diferentes sectores sociales y a grupos de edad diferentes recoge también otras características de los habitantes de la Comunidad Valenciana, que van desde sus conocimientos en historia a su implicación en asociaciones y entidades.

Poco importa que en El Cid naciera en Vivar, una pequeña aldea situada a 7 kilómetros de la ciudad de Burgos, o que Tirant lo Blanch sea una novela de caballería... a la hora de nombrar el personaje histórico más representativo del municipio de Valencia, ocupan los primeros puestos junto al Rey Jaime I (nacido en la ciudad francesa de Montpellier, aunque falleció en Valencia), y dos de los valencianos más internacionales: el escritor Vicente Blasco Ibañez y el pintor Joaquín Sorrolla.

Sin contestación

Pero lo más destacable de esta encuesta es que aunque la mayoría de ciudadanos no duda en dar el nombre del rey conquistador seguido de lejos por el del novelista, un elevadísimo número no sabe que contestar a esta sencilla pregunta, porcentaje que se mantiene similar en prácticamente todos los grupos consultados. En el cuarto lugar de la lista destaca El Cid, seguido de Sorolla. A partir de ahí se barajan nombres como el de Tirant lo Blanch, San Vicente, Lluís Vives o Joan Fuster, y entre ellos destaca el del cantante Nino Bravo, cuya voz le hace merecer, en opinión de los encuestados, el honor de situarse como personaje de relevancia histórica.

Asociacionismo

Por último, Educación preguntó a los valencianos sobre si pertenecían a algún grupo organizado, de cualquier tipo, y la conclusión es contundente: un 65 por ciento es individualista.

Entre los que si forman parte de alguna entidad, destacaron los que pertenecen a alguna falla o a una agrupación deportiva; asociaciones de vecinos, entidades religiosas, sindicatos y grupos ecologistas se reparten el resto, y sólo un uno por ciento reconoce estar afiliado a algún partido político.

El Correo Gallego

A bordo

¿In vino veritas?

CARLOS LUIS RODRÍGUEZ

http://www.elcorreogallego.es/index.php?idNoticia=217025

Lo que está pasando con el botellón refleja muy bien el desconcierto social y político que nos invade. Tanto la sociedad como los poderes públicos están presos del pensamiento débil, la falta de criterio y el miedo a tomar decisiones. Optan por congelar el problema a la espera de que se resuelva solo, o peor aún, con la secreta esperanza de que los afectados claudiquen.

Para empezar es sorprendente la facilidad con que se ha aceptado el eufemismo que consiste en llamarle botellón a lo que siempre fue borrachera. La botella que da nombre al fenómeno no contiene agua ni zumo; el líquido que se ingiere es el mismo que bebe el borracho tradicional, y sin embargo el fenómeno goza de una respetabilidad que antes no tenía el alcoholismo.

Antes, nadie dudaría al decir que emborracharse es malo. Ahora, muy pocos se atreven a criticar el botellón, y los que lo hacen sólo se fijan en el daño colateral que sufre el vecindario. El debate sobre el fenómeno no alude para nada a la cuestión de fondo, que no es otra que la borrachera colectiva de chavales. ¿Qué pensarán esas asociaciones de ex-alcohólicos anónimos que luchaban en otro tiempo por superar la adicción, al ver que la sociedad se encoge de hombros ante las nuevas bacanales?

Además, esta permisividad con el alcohol, es compatible con el puritanismo anti-tabaquero. Se oyen voces que califican el botellón como una manifestación de la cultura juvenil, frente a la que hay que ser tolerantes, o al menos cautos. Suelen ser las mismas que están alerta para detectar cualquier señal de humo que indique la presencia de un fumador subversivo.

Late en esta incongruencia un miedo a la masa del que participan los políticos. Si los fumadores fuesen fundamentalmente jóvenes y formaran grupos numerosos, activos y compactos, la Administración sería tan titubeante con ellos como lo es ahora con el botellón. Entrarían en funcionamiento los dos factores que hacen que la reacción oficial sea tibia por lo general.

El primero es el temor a enemistarse con los jóvenes, o dicho de otra forma, el pavor a ser considerado carca. La carcancia ya no se basa como antes en sostener determinados principios y rechazar otros, sino en algo mucho más simple: aplaudir o no lo que hacen los jóvenes, o mejor dicho, una parte llamativa de la juventud. Basta entonces con que beban para decretar que el alcohol pasa de vicio deplorable a virtud.

Se abdica de cualquier pedagogía. Entre disolver a porrazos el botellón y asumirlo como un acto social más, no se encuentra el punto medio en el que se pueda deplorar que muchos chavales vean en la borrachera un desahogo. Es un tremendo fracaso político y social que los jóvenes caigan en manos del alcohol, pero lo peor de todo es que además no se oiga decir algo elemental: emborracharse es malo, y que lo hagan adolescentes, peor, y que encima no se respete a los vecinos, peor todavía.

Pobres vecinos que aún creen que la razón es suficiente. Eso era antes, cuando primaba el político consciente de que su deber era proteger a la mayoría y poner el brazo de la Administración a disposición de los débiles. Ese tipo de gobernante ha dado paso a otro, que procura no soliviantar a los que puedan causarle problemas.

El vecino insomne al final se rendirá, mientras que los botelloneros quizá se solivianten. La opción es clara. Eso, unido al eufemismo que hace de la borrachera otra forma de cultura, obliga a pensar señores que hay botellón para rato.

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