martes, 20 de mayo de 2008

Martes 20 de mayo de 2008

El Mundo

De tal palo …
El ruido del ocio
Beatriz Pascual


























ABC

El Plan Acústico se explicará distrito a distrito en la capital de La Plana
L.P. CASTELLÓN.
http://www.abc.es/20080520/valencia-valencia/plan-acustico-explicara-distrito_200805200256.html

El concejal de Sostenibilidad del Ayuntamiento de Castellón, Gonzalo Romero, junto con los técnicos municipales y los redactores del documento, reunirá a las juntas de distrito con el fin de explicarles las medidas que contempla el Plan Acústico Municipal y las acciones que se van a poner en marcha.

El documento, que incluye medidas urgentes como la instalación de medidores en locales de ocio o la suspensión de nuevas licencias, recoge como primera medida la realización de un estudio acústico de la ciudad. Romero recordó que «aunque Castellón no es especialmente ruidosa, sabemos que un 90% de la contaminación acústica proviene del tráfico, por eso es necesaria la colaboración de cada distrito».

El objetivo de las reuniones, que comienzan la próxima semana, es dar a conocer el texto que debe exponerse al público para recibir las aportaciones de los vecinos con el fin de que sean contestada cuanto antes y, seguidamente, darles el visto bueno la Junta de Gobierno Local para que sean remitidas a la Conselleria.

La ONG Controla Club seguirá con sus patrullas de jóvenes voluntarios que conciencian a los usuarios de los locales de ocio del problema del ruido.

Hoy.es

En la ciudad
Haz mucho ruido y serás muy feliz
J. R. ALONSO DE LA TORRE
http://www.hoy.es/20080520/caceres/mucho-ruido-seras-feliz-20080520.html

El otro día me llamaron al móvil y respondí con un tono normal, es decir, sin esas voces que normalmente se dan para hablar por el móvil. Mi interlocutor se extrañó: «¿Por qué hablas así, te pasa algo?». Lo grave es que me justifiqué. Me dio vergüenza explicarle que intentaba hablar con un tono comedido porque así me entienden igual. Pensé que podría pasar por extravagante y le aclaré que es que me encontraba en la Residencia, lo cual era verdad, aunque como sabe cualquiera que haya estado en el Hospital San Pedro de Alcántara, allí es donde más se nota que por teléfono no hablamos, voceamos. El viernes nos invitó mi hijo a comer. Fuimos a un italiano. No había clientes y reinaba el silencio. En cuanto entramos, pusieron música pop a un volumen considerable. Rogué a la camarera que, ya que estábamos solos, bajara el volumen y lo hice algo avergonzado. La chica, muy amable, repuso que si lo deseaba, apagaba la música. Era lo que nos apetecía, pero para evitar pasar por tío plasta y antiguo, le dije que bastaba con disminuir los decibelios. El sábado paré a tomar un café con hielo en una terraza de Perales del Puerto. Silencio, sombrita, sosiego, placer... Hasta que la televisión comenzó a tronar para nadie y un niño de dos años hizo una travesura. Su madre lo regañó. El niño chilló: «¿Ahhh!». El padre chilló más aún: «Ni ah, ni ostias, como vuelvas a hacerlo, te corto los huevos». Algunas amigas me sueltan que soy un aburrido porque me niego a ir a bares con tele a todo volumen, música a toda pastilla, cafetera fragorosa, gritos de camareros, vozarrones de clientes. ¿Por qué creemos en España que la felicidad está en el ruido?

La Ley. Diario de noticias

El Tribunal Supremo falla que sólo las pérdidas de audición de más de 25 decibelios son indemnizables
(LA LEY 28011/2008)
Diario de Noticias, 19 May. 2008, Editorial LA LEY
http://diariodenoticias.laley.es/vaps/generico/newsletter/newsletter.cfm?doc=ne0000035805_20080519.html

Santander.- El Tribunal Supremo (TS) ha establecido que las pérdidas de audición que pueda sufrir un empleado debido al ruido al que está expuesto en su lugar de trabajo sólo generan derecho a indemnización cuando superan los 25 decibelios (db), el umbral a partir del cual afectan al seguimiento de una conversación.

El Supremo confirma así una sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC), que desestimó la indemnización solicitada por un maquinista de cortadoras de una fábrica de plásticos de Torrelavega que había perdido audición en un oído y lo atribuía a los ruidos que soportaba en la empresa.

Tanto el juez de lo Social de Santander que vio el caso en primera instancia, como el TSJC, entendieron que la pérdida era leve y que su audición podía considerarse como normal. El informe médico fijaba esa pérdida de audición en 21 decibelios.

La Sala de lo Social reconocía en su sentencia que una pérdida de audición de entre 25 y 40 decibelios supone un deterioro leve, ya que conlleva una dificultad para seguir conversaciones en voz baja o a distancia.

Sin embargo, también sostenía que, "de acuerdo con las reglas de la experiencia", un menoscabo igual o inferior a 25 decibelios no genera "un deterioro significativo" y, por lo tanto, no da derecho a recibir algunas de las indemnizaciones que figuran en la orden del Ministerio de Trabajo sobre prestaciones por invalidez.

El demandante recurrió este fallo ante el Tribunal Supremo, que ha convalidado ahora el criterio seguido por el TSJC.

En un auto dado a conocer hoy, el Alto Tribunal establece que "una pérdida de audición que no supere los 25 decibelios a nivel no conversacional no resulta apreciable a los efectos de reconocer una indemnización por baremo". Informó EFE.

Ideal

TRIBUNA
El carácter del ruido
18.05.2008 - MARIO ORTEGA RODRÍGUEZ
http://www.ideal.es/granada/prensa/20080518/opinion/caracter-ruido-20080518.html

EL ruido es un producto de deshecho, una escoria con aristas que sabe amarga y huele agria. El ruido es desperdicio y, como toda basura, es un dispendio energético. Hay una relación directa entre eficiencia energética y ruido. Lo que cumpliendo su función no hace ruido es mas eficiente. No todo sonido es ruido, pero sí todo ruido es sonido. Para que se produzca un sonido hace falta invertir energía. El ruido es una onda que se trasmite en un medio material, el medio vibra. Si el sonido no tienen función, no sirve para nada útil o placentero, entonces es cuando hablamos de ruido. Una máquina, por ejemplo un coche o una motillo, que produce exceso de ruido está consumiendo mas energía que la que necesita para realizar el trabajo para el que ha sido diseñada. La eficiencia de nuestros vehículos a gasolina es muy baja, está en el entorno del diez por ciento de la energía química contenida en el combustible, el noventa y dos por ciento restante se tira en forma de calor y ruido.

Digo todo esto porque hemos aprendido a protestar por las basuras y no nos damos cuenta que el ruido es también basura. Como toda basura es un indicador del grado de civismo de una sociedad. Una ciudad ruidosa es una ciudad incívica, inhóspita, insalubre, llena de suciedad acústica. Sí, insalubre también, el ruido produce estrés, «ansiedad, angustia y desesperación», y no favorece para nada la paz social, la salud mental o la corporal. Pero además, como el ruido de fondo en las ciudades está causado por el tráfico, podemos afirmar que luchar contra el ruido es luchar contra la contaminación atmosférica, las alergias y el cambio climático. Y reconducir nuestro modelo ineficiente de movilidad. Afirmo entonces que una ciudad ruidosa es una ciudad insostenible, una ciudad a la que no le preocupa la salud de los ciudadanos ni la salud del planeta.

El Mapa de Ruidos de Granada ofrece luz científica sobre este asunto: muchísimas calles de Granada son ruidosas o muy ruidosas, superan durante muchas horas del día y de la noche niveles de decibelios admisibles. Si el ruido imprime carácter, esta claro que el carácter de esta ciudad es irascible. El ruido llama al ruido, es necesario gritar para entenderse, una dificultad añadida para provocar empatía. Vivimos en una ciudad con mucho jaleo de fondo.

No quiero dejar a parte los ruidos estridentes o puntuales. Motillos y motancas, obras, recogida de basuras, recogida de terrazas, maquinitas de limpieza nocturna y diurna con motores a gasoil, griterío, botellonas y no se cuantas cosas mas. Un vistazo a las causas de estos ruidos nos conduce a una culpabilidad compartida, todos hacemos ruido. Lo que ocurre es que quien tiene que velar para bajar los niveles de ruido, no lo hace. El ruido no tiene importancia para nuestros gobernantes. Cuando hacen algo contra el ruido se equivocan plenamente o luchan contra la diversidad religiosa, como en el caso de la multa por ruido a la iglesia pentecostal Power of Christ Mission de la Chana. Corregir antes que sancionar hubiese estado mejor en este caso. Es fácil elegir un chivo expiatorio.

El carácter estridente de nuestra ciudad indica que el medio ambiente y la salud ciudadana no es una prioridad para nuestros gobernantes. Quiero creer que no es una traslación de su carácter. Del rumor del agua al clamor del tráfico ha pasado menos de medio siglo. Pronostico que sin conciencia ciudadana y sin dirección política hacia la sostenibilidad Granada será una ciudad de cajas destempladas.

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