martes, 20 de enero de 2009

20-01-2009

 

ALICANTE

Achacan a la presión contra el ruido el cierre de pubs del Barrio

Un bar que acumulaba dos actas de denuncia ha echado el candado y Urbanismo cree que se debe a la imposibilidad de adaptarse a las normas acústicas

La Verdad 20-01-09 - VICTORIA MORA | ALICANTE

 

Achacan a la presión contra el ruido el cierre de pubs del Barrio

Pancartas en el Casco Antiguo contra el ruido. / A. D.

Los agentes piden la suspensión cautelar de otro local sin limitador musical

El Ayuntamiento exige a los locales que presenten auditorías acústicas

En el Casco Antiguo han comenzado a cerrar establecimientos. Esa es la percepción de la Gerencia de Urbanismo que efectúa todos los fines de semana controles específicos de ruido a través de la brigada de Aperturas. Fuentes municipales achacan a la presión que se está ejerciendo sobre los locales el que algunos de ellos estén echando el candado. Y reconocen las dificultades que muchos tienen para adaptarse a las normas contra el ruido. El Ayuntamiento de Alicante está exigiendo a los bares que presenten auditorías acústicas y muchos, por sus condiciones, es imposible que logren el visto bueno. Todo ello, unido a la situación de crisis que también ha llegado a las zonas de marcha, ha generado un cóctel de sabor amargo.

Este fin de semana los agentes de la Policía Local que trabajan en dicha unidad han detectado varios locales cerrados y reconocen que ya no volverán a abrir sus puertas. Entre ellos, el más significativo es uno que se encuentra en la calle Padre Maltés y que acumulaba dos actas de denuncia por exceso de ruido. Sobre él pesaba la espada de Damocles tras el anuncio efectuado por la alcaldesa, Sonia Castedo, de que todos los bares que acumulasen tres actas de denuncias perderían su licencia y, en el caso del Casco Antiguo donde existe desde hace años la imposibilidad de otorgar nuevas licencias por la suspensión, no podrían abrir sus puertas de nuevo.

En la primera medición acústica efectuada el 15 de noviembre, el local presentó unos niveles de ruido de 96,4 decibelios; y sólo una semana después el sonómetros detectó que el local tenía una intensidad musical de 101 decibelios cuando en su caso no podía superar los 75 decibelios. Estos niveles se consideran una falta grave y tienen una multa que puede oscilar desde un mínimo de 600 euros a un máximo de 6.000 euros.

Actas

En las inspecciones realizadas este fin de semana, los agentes han levantado acta de un local ubicado en la calle Carmen por varias deficiencias así como el estado «deplorable» en el que se encontraba el aseo. Y han propuesto la suspensión cautelar de la actividad.

El local no tenía puesto el limitador para el equipo musical. Además, una de las dos puertas de acceso estaba cerrada con una persiana y esto hace imposible una vía de evacuación alternativa. La brigada de Aperturas encontró deficiencias en la instalación eléctrica; y en mal estado los aseos que sólo contaban con un wc destartalado y el resto de elementos habían sido arrancados.

La semana pasada los agentes iniciaron el expediente de denuncia a otro pub ubicado en la calle Labradores porque la medición interior que se hizo en el local fue positiva. Además, también solicitaron al local que elabore una auditoría acústica.

Y un fin de semana antes, el del 3 de enero, los agentes levantaron acta a otro pub de la calle Cienfuegos por exceso de ruido. Los agentes midieron en el interior del local y arrojó un resultado positivo. Además, también levantaron un acta porque la instalación musical tampoco tenía el preceptivo limitador. El local no presentó la licencia de aperturas y se le exigió una auditoría acústica.

 

OCIO | Obras correctoras

Medio Ambiente cierra y abre Pachá

Fachada de la discoteca Pachá en Madrid. (Foto: Gonzalo Arroyo)

Fachada de la discoteca Pachá en Madrid. (Foto: Gonzalo Arroyo)

El Mundo.es martes 20/01/2009 - Pedro Blasco | Madrid

Cierre y apertura. El Ayuntamiento de Madrid dictó la pasada semana la suspensión temporal del funcionamiento de la discoteca Pachá, una de las más importantes de la ciudad, por superar los niveles de ruido, y ayer mismo permitió su apertura, según informaron fuentes municipales.

La Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento, que preside Ana Botella, hizo hace algunas semanas las mediciones del ruido que emitía la citada sala. Los estudios se hicieron tras la denuncia de una vecina del mismo edificio, que informó de que el ruido del establecimiento superaba los límites que establecía la normativa municipal.

Y así lo comprobaron los técnicos municipales. El pasado jueves el Ayuntamiento de Madrid decretó la suspensión cautelar.La Corporación emitió una orden de «suspensión temporal» en la que informaba que, si en dos días hábiles no se corregían las anomalías, se podría llegar a sancionar al establecimiento.

La normativa dice que la sanción para estos casos puede llegar hasta los dos años de cierre de la actividad.

Ayer, los técnicos municipales acudieron por la mañana a comprobar si se había acatado el cierre. Se cercioraron de que la dirección de la empresa había comenzado a hacer unas primeras obras correctoras. Al ver que se estaban ya trabajando decidieron permitir la apertura con la condición de que no se emita ruido por encima de 85 decibelios. Fuentes municipales indicaron que el ruido permitido puede llegar a los 100 decibelios.

Para evitar problemas la sala ha sido programada con ordenadores para que no supere esos 85 decibelios, «umbral en el que no se producen molestias a los vecinos», según fuentes municipales.

Hace un año el propietario de la discoteca, Pedro Trapote, que también lo es de Joy Eslava y de algunos establecimientos más de la noche madrileña, intentó el traslado de esta discoteca.

De hecho, inició las gestiones para trasladar el establecimiento a la calle Núnez de Balboa 3. Sin embargo, en el barrio se produjo una rebelión popular.

Alrededor de 500 propietarios de viviendas situadas en el edificio y en las cercanías de la calle de Núñez de Balboa enviaron un escrito al Ayuntamiento de Madrid para pedir que no diera la licencia para ese tipo de actividad.

Se enviaron escritos a Medio Ambiente, a la junta de distrito de Salamanca e incluso a la Comunidad de Madrid, donde se buscó apoyo para evitar el traslado de Pachá.

«A todos nos une el rechazo por los efectos nefastos que tendría la apertura de esta discoteca en la vida del barrio y de sus vecinos», afirmaba entonces a este periódico una de las personas que lideró la rebelión contra el proyecto de traslado.

Se creó un blog en el que los interesados comenzaron a intercambiar opiniones y tomar medidas para evitar que su calle perdiera la calidad que tiene en la actualidad. Estaban dispuestos a contratar a un conocido bufete para luchar contra la nueva ubicación de este centro de ocio.

Los vecinos residentes en la zona creen que esta discoteca destruiría la convivencia del barrio. No entendían que la política municipal sea regenerar los barrios del centro y que convirtieran esa calle en el lugar para una de las discotecas con más afluencia de Madrid.

«Los clientes de estos locales gritan durante toda la noche, se ensuciarían las aceras y se degradará la zona, máxime cuando una discoteca atrae a la zona nuevos locales de ocio nocturno, y potencia los que ya hay», señalaron entonces. Recordaron que ésta es «una zona de especial carácter residencial-familiar, con un uso terciario de carácter inocuo, que difícilmente se compatibiliza con un uso recreativo de las características que se pretenden».

Los vecinos recibieron entonces el apoyo del presidente de la Junta de Distrito de Salamanca, Iñigo Enríquez, que también se opuso al objetivo de Pedro Trapote de trasladar Pachá.

Los cambios en la noche madrileña

- Hace un año se dijo que el traslado de Pachá iniciaba cambios en la noche, que incluían el traspaso de Joy Eslava al actual local de Cleofás.

- El edificio fue construido por Luis Gutiérrez Soto en 1930, con un marcado acento racionalista con toques de expresionismo y art déco.

No hay comentarios: