domingo, 4 de febrero de 2007

Domingo 4 de febrero de 2007

ABC (noticia rezagada)

Castellón, 29/01/07
Brigadas contra el ruido
POR LORENA PARDO

La condena al alcalde de Villarreal por asuntos de contaminación acústica no ha caído en saco roto, más todavía en época de calentamiento de motores electorales en la que los equipos de gobierno, escuchan con inusitada devoción discursos y quejas que años atrás durmieron el sueño de los justos.

Que la contaminación acústica haya tomado rango de delito supone un paso adelante para las cien familias que sufren desde hace años, desde hace legislaturas, la creciente demanda de ocio del público castellonense en las calles Lagasca, Obispo Salinas, Marqués de la Ensenada y Tenerías.

Lo sangrante de la cuestión, para los vecinos, es sospechar que la mayoría de los locales cuentan sólo con licencia de bar, ni siquiera permiso de música y, durante tiempo han tenido abiertas las puertas hasta altas horas de la madrugada con decibelios a todo pulmón y ante la impasividad de la Policía.
Paños calientes

Ahora los tiempos han cambiado y a toda costa aplican paños calientes para poder conciliar el derecho al descanso de los vecinos con el derecho al ocio de la juventud. Las denuncias archivadas con la concepción de una ciudad que tenga también el encanto y los servicios de la noche es una ecuación difícil.

Desde el pasado viernes, 10 voluntarios de la ONG Controla Club, que centra su trabajo en programas de prevención de consumo de drogas, aplica el programa «Diviértete sin molestar». Los agentes de esta patrulla nocturna, no sancionan, intentan con el vehículo de la palabra convencer a los jóvenes de que pueden divertirse sin necesidad de levantar la voz o ensuciar los portales mientras se mueven de un local a otro.

Llevan rastas, pantalones de cintura caída, moda ecléctica y buscan empatía con la gente para que su mensaje sea, al menos, escuchado. Salen a las once y media de la noche y patrullan hasta que la gente esté receptiva a su mensaje, son los guardianes del silencio que ha contratado a través de Controla Club el Ayuntamiento de Castellón, como medida de diálogo con la gente.

El programa ya se ha ensayado en Valencia desde hace seis meses y aseguran que es efectivo, porque además recoge a través de una carpa que montan cada noche el sentir del público a través de encuestas sobre la concepción del descanso y del ocio. De momento sólo tres de los voluntarios de este programa que coordina Juan Carlos Peralt, son de Castellón, pero la idea es reclutar jóvenes de la provincia para reforzar todavía más la proximidad entre el mensaje de difunden y el receptor del mismo.

A este carro de la contaminación acústica se han sumado los vecinos de otras zonas de la ciudad, como los de la céntrica plaza Santa Clara, donde se instalan todas las carpas y ferias que pasan por Castellón y soportan los sonidos metálicos y estridentes de montaje y desmontaje de madrugada y la concurrencia de la gente a la Feria de la Tapa, la semana Cultural Rumana o las ferias de alimentación y sus actividades paralelas que dejan mucha riqueza en los bares pero también ruido y suciedad en la calle.
Control de las licencias

La asamblea de «Castelló Sense Soroll» ha exigido reiteradamente al Ayuntamiento que haga público el tipo de licencias que tiene cada establecimiento para poder confrontar quiénes se ajustan a la ley, pero no han conseguido saber la situación concreta de cada local.

Piden que la Policía haga cumplir las ordenanzas municipales y luchan para que la zona reciba la calificación de ZAS (Zona Acústicamente Saturada), a imagen de Valencia donde, desde el 2 de enero, se declaró así una de las zonas de ocio de más concurridas.

La declaración de ZAS implicaría el límite horario hasta las dos menos cuarto para los locales de copas y el cierre a las tres de salas de fiesta, por lo que el resto de las actividades de ocio nocturnas se verían obligadas a salir de la ciudad hacia polígonos industriales donde no hay vecindario.

La idea es difícil de encajar, para los que ya tienen licencia y sobre todo por no crear una ciudad fantasma falta de ocio y servicios donde se obligaría a los jóvenes a coger el coche.

De momento, el diálogo entre vecinos, propietarios de establecimientos y autoridades es fluido pero el próximo 28 de mayo se deberá demostrar si el problema sigue siendo prioridad para el nuevo gobierno municipal.

Desde el pasado viernes, diez voluntarios de la ONG Controla Club intentan convencer a los jóvenes de que pueden divertirse sin necesidad de levantar la voz o ensuciar los portales de Castellón



Levante

Castelló. MEDIDAS
Castelló Sense Soroll rechaza los limitadores de sonido por ser «manipulables»
Levante de Castelló, Castelló

La Associació Castelló Sense Soroll rechaza la medida anunciada por el concejal de Servicios Públicos, Miquel Soler, sobre la disposición de limitadores de sonido para el ejercicio de la actividad en los locales de ocio al considerarlo «fácilmente manipulable».

El colectivo explica en un comunicado que un limitador sónico es un aparato ubicado entre el aparato de música y los altavoces y que corta la emisión musical cuando se supera un cierto umbral de sonido para el que se ha calibrado el limitador y que estará de acuerdo con las ordenanzas municipales y la licencia concedida.
Continúa que la instalación y mantenimiento es por cuenta de los locales, a través de empresas acreditadas, y éstos deben de ser controlados periódicamente por funcionarios municipales. La plataforma señala que son precisamente estos expertos quienes indican que dichos aparatos «son fácilmente manipulables, y su utilización no acaba siendo efectiva».
Asimismo, Castelló Sense Soroll reclama que este tipo de locales cumplan con la ordenanza municipal de ruidos y vibraciones que les exige disponer de un maxisonómetro registrador homologado (sonógrafo) y que se realicen las inspecciones periódicas para comprobar que los registros sonoros no superan los umbrales máximos.

Las Provincias

Controla Club pasa 500 cuestionarios a jóvenes para concienciar sobre el ruido en Lagasca
Los exámenes de la UJI obligan a retrasar las mediciones acústicas hasta el 12 de febrero
Unos 500 jóvenes ya han participado en la campaña que puso en marcha Controla Club hace dos fines de semana en la zona de ocio de Lagasca y calles adyacentes bajo el lema . El Ayuntamiento y la Policía Local han aceptado la propuesta vecinal de retrasar las mediciones acústicas hasta el 12 de febrero.
A. BURGOS/L. PRADES/ CASTELLÓN

La ONG Controla Club ha pasado unos 500 cuestionarios a jóvenes durante los dos últimos fines de semana, a través de la campaña denominada Diviértete sin molestar, con el objetivo de conocer la percepción que tienen sobre las molestias que pueden generar los ruidos vinculados al ocio nocturno en la calle Lagasca y adyacentes.

Miembros de Controla Club se situaron el viernes por la noche en la esquina de Lagasca con Hermanos Bou, uno de los pasos obligados de tránsito para los trasnochadores. Además de conocer la opinión de 250 jóvenes castellonenses, recibieron la visita de los medios de comunicación, la concejala de Juventud y el presidente de la asociación de vecinos Castelló Sense Soroll.

La institución está llevando a cabo la primera fase de una campaña que finalizará el último fin de semana de marzo con el objetivo de conocer la realidad del problema de la mano de los mismos jóvenes. A continuación, Controla Club realizará una labor de formación a un grupo de jóvenes para desarrollar la tercera y última fase de la campaña, ubicar un equipo permanente de colaboradores en las horas y zonas más conflictivas.

“El 95% de los jóvenes se para y se interesa por la campaña”, afirmó el representante de Controla Club, y añadió que “entienden las molestias de los vecinos y quieren buscar una solución, pero sin que les perjudique con el cierre de locales”. La asociación tiene previsto situarse el próximo jueves en la esquina entre las calles Lagasca y Obispo Salinas.

Retraso en las mediciones
Tras mantener varias reuniones, el Ayuntamiento de Castellón y la Policía Local han aceptado la propuesta vecinal de retrasar el inicio de las mediciones acústicas en la zona de la calle Lagasca y adyacentes hasta el próximo dia 12 de febrero.

Según explicaron integrantes de la comisión de seguimiento integrada por representantes municipales y vecinos, aunque en un principio éstas debían comenzar el 12 de enero, “se ha decidido retrasar el comienzo porque son fechas en las que los estudiantes están de exámenes, hay una menor afluencia de gente y los resultados de las mediciones no serían representativos de la realidad”.

Tres semanas
De este modo, los agentes de la Policía Local de la capital de La Plana calcularán los índices de contaminación acústica nocturna del área entre el 12 de febrero y el 3 de marzo, con el fin de determinar la necesidad o no de declarar el área conformada por las calles Lagasca, Obispo Salinas, Tenerías y adyacentes como Zona Acústicamente Saturada (ZAS).

En ese sentido, cabe recordar que la Ley determina que un área puede ser declarada como ZAS “si, aunque cada actividad individualmente considerada cumpla con los niveles establecidos por la Ley, se sobrepasan dos veces por semana durante tres semanas continuadas los niveles de ruido permitidos o tres veces alternas en un plazo de 35 días naturales”.

El concejal de Servicios Públicos del Consistorio castellonense, Miquel Soler, ofreció la semana pasada a los propietarios de los locales la posibilidad de que puedan disponer de limitadores de sonido en sus negocios.

Diario Información

L´Alacantí - SAN VICENTE DEL RASPEIG
Medio Ambiente instalará medidores en las calles para detectar altos niveles de ruido
El Ayuntamiento destina 30.000 euros para contratar a una empresa que desarrolle un mapa acústico a partir del mes de abril
ANA VAQUER

La concejalía de Medio Ambiente ha decidido comenzar a adoptar medidas para disminuir los niveles de ruido en el casco urbano de San Vicente. La primera de ellas será la contratación de una empresa que se encargará de desarrollar un mapa acústico en el que figurarán las zonas en las que existe una mayor saturación. Para ello se instalarán sonómetros en las calles. A través de estos medidores se podrá determinar qué nivel de contaminación acústica soportan los ciudadanos de la localidad.

Se trata del primer paso de un ambicioso proyecto que tiene como finalidad adoptar medidas destinadas a reducir esta contaminación. Los aparatos registrarán cuáles son las horas de mayor ruido.

Para el concejal de Medio Ambiente, José Rafael Pascual, «lo que intentamos con esto es conocer cuáles son las zonas más saturadas y en función de los datos obtenidos adoptar medidas concretas». El edil señala que la contaminación acústica repercute de manera directa en la salud de los ciudadanos por lo que se trata de un problema cada vez más importante.

Presupuesto El Ayuntamiento de San Vicente ya presupuestó en 2006 los 30.000 euros que ahora destinará a la elaboración del mapa acústico. La concejalía de Medio Ambiente dispone de un primer estudio sobre niveles de ruido que quedó reflejado en la Agenda 21. Sin embargo, según el concejal del área, «aquello es menos exhaustivo de lo que se trata de hacer ahora».

En aquel informe figuraba como principal foco generador de contaminación acústica el tráfico rodado y especialmente el de vehículos pesados que atraviesan el centro urbano. Además también se incluía el ruido industrial. En las conclusiones ya se reclamaba la necesidad de disponer de un mapa acústico así como de aplicar medidas para regular el tráfico rodado junto a programas de minimización del tráfico rodado.

El PSOE recordó ayer que ya en 2004 pidió que se realizará un mapa acústico para tratar de reducir el impacto del ruido en los entornos de los colegios y los centros sanitarios. El portavoz, Rufino Selva indicó ayer que «el Ayuntamiento ya debía haber tomado los mecanismos preventivos necesarios para reducir el impacto en las zonas residenciales sobre todo por lo que se refiere a la contaminación acústica procedente de obras».

El Correo
Miércoles, 26 de abril de 2006

contaminación acústica
150 locales de Bilbao arrastran expedientes por ruido desde 2005
150 locales de Bilbao arrastran expedientes por ruido desde 2005 Bares y talleres mecánicos copan la mayoría de las denuncias
LORENA GIL/BILBAO


DECIBELIOS. Muchos bares manipulan el limitador de sonido de los altavoces
que impide que se sobrepase el volumen permitido. / EL CORREO




Disfrutar del silencio en la capital vizcaína se hace cada día más difícil. El Ayuntamiento de Bilbao, en su particular lucha contra el ruido, abrió el año pasado 326 expedientes a distintos locales por sobrepasar los niveles permitidos, situados habitualmente en los 30 decibelios de emisión máxima. De los informes encargados, 147 aún no se han cerrado, según los datos ofrecidos por el área de Medio Ambiente. Los casos se acumulan y, aunque las medidas correctoras se aplican de forma inmediata, el proceso administrativo para erradicar los excesos puede alargarse de forma indefinida.

Bares y talleres mecánicos, estos últimos debido a las pruebas que realizan a los vehículos en sus revisiones o reparaciones, copan la mayoría de las denuncias, requisito indispensable para iniciar cualquier tipo de diligencia. El expediente varía en función del horario en el que se esté produciendo la presunta infracción, aunque el porcentaje más elevado se concentra por la noche. En este caso, los afectados por el ruido deben llamar a la Policía Municipal que, tras tomarles declaración, desplaza a una unidad especializada hasta el lugar para realizar las primeras mediciones. El Ayuntamiento, una vez recibidos los resultados, enviará a la mañana siguiente a dos inspectores para confirmar los datos obtenidos tanto en el interior del establecimiento denunciado como en la vivienda del denunciante.

Las reclamaciones que se producen en horario diurno siguen un camino diferente. El afectado debe presentar un escrito en el Registro General del Ayuntamiento o en cualquiera de los ocho centros de distrito. Cuando su queja llegue al área de Medio Ambiente, se abrirá el expediente y se inician los trámites necesarios.

Limitador de sonido

Cuando los técnicos municipales levantan acta de la denuncia se abre el plazo para corregir las deficiencias detectadas. En la mayoría de los casos se trata de 'fugas sonoras', sistemas de insonorización insuficientes o la «manipulación habitual» de los equipos de música. «Suelen trampear el limitador de sonido, que es el que impide que se pasen de decibelios», señalan desde el Consistorio. El primer paso es un simple aviso: un 'toque de atención' que fija un plazo de entre quince días y un mes para corregir los fallos, sin que la actividad del local se vea alterada.

Cumplida la fecha, se lleva a cabo otra inspección para comprobar que se han hecho las modificaciones requeridas. Si no fuera así, el Ayuntamiento establece una nueva prórroga de dos semanas, alargando con ello la situación de malestar que acompaña a las personas que sufren los 'ecos' del ruido.

El incumplimiento reiterado de las medidas conlleva métodos más estrictos: cierre cautelar o sanción. Las multas, enviadas por el departamento de Hacienda, parten de 450 euros, si superan en menos de cinco decibelios el volumen de sonido. «Al principio son bajas porque se toman también como una especie de advertencia», apuntan desde Medio Ambiente. La cantidad se duplica si el nivel es mayor a cinco y cuando las vibraciones se hagan muy patentes. Además, la omisión de datos, así como la negativa a facilitar los que les sean solicitados se pagará con una sanción de 1.200 euros, a los que hay que añadir el incumplimiento de las medidas correctoras, que podría alcanzar los 3.000 e incluso suponer la retirada de la licencia por un plazo de dos meses.

Esta última medida se aplica en «pocas ocasiones» ya que, según fuentes municipales, «cerca del 90% de los locales terminan acometiendo las reformas para no perder su negocio».


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