miércoles, 15 de julio de 2009

Miércoles 15 de julio de 2009

 

INDIGNACIÓN DE LOS EMPRESARIOS DE DISCOTECAS.

Los hosteleros reclaman mano dura al botellón

Solicitan crear unidades de la policía específicas "para erradicarlo".

15/07/2009 V. C. - Mediterráneo

El botellón es una práctica que va creciendo en la ciudad.
Foto:MEDITERRÁNEO

Los empresarios de las discotecas y salas de fiestas exigen a los ayuntamientos "máximo control para erradicar el botellón", anunció ayer José Luis Selma, delegado en Ashotur del sector. Fue al término de una reunión de la patronal hostelera y turística en la que se abordó como único punto del orden del día la problemática del botellón.

Selma, quien no ocultó el malestar y la indignación empresarial por la cada vez más creciente práctica del consumo de bebidas alcohólicas en grupo en las calles y plazas por parte de los jóvenes, señaló que la situación "se ha convertido en un problema de orden público". Por ello, instó a los consistorios "a ser inflexibles". Además, "pueden hacerlo y tienen competencias para ello, ya que las ordenanzas municipales tipifican la prohibición de esta práctica".

En este sentido, Selma lanzó la propuesta de que las policías locales creen unidades específicas de control de botellón, "de la misma manera que hay grupos dedicados a la lucha contra la droga o la violencia de género".

En términos similares se manifiesta Carlos Gomis, secretario de Ashotur. Hace hincapié no solamente "en el perjuicio económico que supone el botellón para las discotecas, sino en las secuelas de alcoholismo y violencia callejera que representa". "Hay que actuar de manera global en todo la extensión de un municipio, o de lo contrario el tema se nos va a ir de las manos", concretó el representante de la patronal hostelera. Y, por supuesto, añadió, "los poderes públicos tienen que empezar a hacer campañas de sensibilización a los jóvenes porque la situación es insostenible".

Tres denuncias de la Policía Local por los incidentes ocurridos en Isabel la Católica

15/07/2009  Mediterráneo

Como informaron ayer martes desde el Ayuntamiento de Castellón, la Policía Local impuso un total de tres denuncias a los jóvenes, más de 300, que ocasionaron las molestias a los vecinos de la plaza Isabel la Católica cuando practicaban el botellón. Primero, se impuso una multa por infringir la ordenanza municipal de convivencia ciudadana. También los agentes policiales multaron a los propietarios del local donde se congregaron los jóvenes por no tener licencia de actividad y, por último, hubo una denuncia por desobediencia leve a los agentes de la autoridad, ya que los jóvenes persistieron en su actitud desafiante y amenazadora.

Cuestión de ruido

ABC-14 Julio 2009

Una de las cosas que más llaman la atención cuando se vive en el norte de Europa y se vuelve a España por unos días es el ruido. Da igual donde vayas, ya sea un colegio, un hospital, el metro o cualquier oficina para hacer un trámite. Hay enormes niveles de ruido por todas partes, por no hablar de los bares y restaurantes, donde directamente hay que desgañitarse para conseguir que los demás te oigan. En fin, todo un suplicio para los que ya nos hemos desacostumbrado al ruido y un castigo del que no se es consciente cuando se vive allí.

En los países del norte de Europa, sin embargo, todo el mundo se esfuerza por hablar al nivel más bajo posible, niños incluidos. Llama mucho la atención que aquí no chillan ni los niños y la razón es muy simple, los padres no lo hacen....ni siquiera para regañarles. Ésa y no cualquier otra es la explicación de que aquí, en los fantásticos parques que riega la generosa lluvia, sólo se oiga a los pájaros.

Sin embargo, y pese a que nuestros caracteres, los de los ciudadanos nacidos en estos países y los del sur sea diferente, hace tan sólo unos días he asistido a un espectáculo completamente lamentable en Madrid. Estaba en uno de los grandes hospitales de la capital esperando el resultado de la operación de un familiar muy directo y junto a mí había docenas de personas que no paraban de hablar, gritar, reirse, beber y un largo etcétera de actividades, todas de ellas completamente inadecuadas para una zona de espera de salida de unos quirófanos y a un volumen insostenible.

Yo comprendo que los españoles, portugueses e italianos somos diferentes y que nuestra cultura "sureña" nos hace ser más ruidosos y extrovertidos pero es del todo punto intolerable que un sitio como un hospital pueda tener ese grado de contaminación acústica.

Ni que decir tiene que también he estado en un hospital belga y la situación es equiparable a la de los parques...no se oye nada de nada, ni en las salas de espera ni en ninguna dependencia del centro.

Mientras desde la Comisión Europea se intenta legislar sobre el ruido máximo a que pueden estar sometidos diferentes sectores profesionales, etc.. pero la situación es mucho más grave ya que habría que cambiar la mentalidad de las personas e intentar, entre todos y de una vez por todas, hablar más bajo y respetar un poco a los demás. Ganariamos en salud mental sin ningún género de dudas.

Comentario

Si es cierto esto del ruido en España , creo que se debería educar a la población en este sentido, hasta que se haga un habito , una costumbre .

Vivo en Holanda y realmente es así , se respira paz , tranquilidad , uno puede escuchar a los pájaros tal cual dice este reportaje , y la ciudad misma es silenciosa , solo lo elemental , raro es escuchar una bocina o que alguien toque la campanilla de su bicicleta , ante uno de estos ruidos la gente se sobresalta porque es señal que algo grave ocurre .

Otra cosa que no me agrada es el ruido de los carros basureros y cuando asean la ciudad, porque no lo hacen durante el día ? Aquí a las 22 hrs se apagan las luces y todo el mundo a descansar. El recojo de basura se lo hace en horas diurnas, es sagrado el descanso.

lo dijo Mary · 15 Julio 2009 | 01:02 AM

 

(Cataluña) JUSTICIA-INTERIOR-SUCESOS,JUSTICIA

TS confirma la condena de 4 años al gerente del "Macumba" por exceso de ruido

ABC - 14-07-2009

Barcelona, 14 jul (EFE).- El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la condena de cuatro años de prisión que la Audiencia de Barcelona impuso al gerente del bar barcelonés "Macumba" por exceder con su equipo de música el límite de ruido marcado por la ley y desoír las órdenes municipales de cierre.

En su sentencia, el Supremo desestima el recurso presentado por el procesado, Apolinar Benítez, contra la sentencia que le condenaba por un delito contra el medio ambiente, al considerar probado que infringió la ley con las actividades del local que gestionaba, de ambiente latino y situado en la calle Aragón de Barcelona.

Para el Supremo, la responsabilidad penal del procesado está acreditada por los informes de las inspecciones municipales llevadas a cabo en su local y de las declaraciones de los vecinos y los guardias urbanos, que comprobaron que Benítez mantenía la actividad del bar pese a que tenía una orden de cese de actividad.

Respecto a los perjuicios que el ruido procedente del local provocó en los vecinos que lo denunciaron, el TS concluye que están demostrados en base a los informes periciales y que "sin la menor duda deben calificarse de graves (fatiga, depresión y reducción del rendimiento)".

Apolinar Benítez fue el gerente del bar "Macumba", situado en el número 381 de la calle Aragón de Barcelona, entre mayo de 2004 y octubre del 2006.

Según la sentencia de la Audiencia, durante ese período, e incluso con anterioridad, el local emitía un nivel de ruido superior al máximo permitido, que alcanzó los 88 decibelios -cuando el límite es de 30-, por lo que el Ayuntamiento decretó en abril de 2005 el cese de la actividad del bar latino hasta que se insonorizara adecuadamente.

La sentencia reconoce que el acusado hizo obras en el local, e instaló un limitador de sonido, pero, pese a estas actuaciones, continuó rebasando los límites de ruido establecidos por las ordenanzas municipales.

A principios de octubre de 2005, el acusado reabrió el local -cuando todavía estaba vigente el acuerdo de suspensión- y siguió con sus actividades habituales, incumpliendo así la ordenanza municipal sobre ruido, hasta que fue definitivamente cerrado al cabo de un año.

Los magistrados de la Sección Tercera decretaron la clausura del bar musical por cinco años "en tanto no se lleven a cabo las preceptivas actuaciones tendentes a la insonorización del local", e impusieron al acusado una multa de 4.326 euros. EFE.

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