lunes, 19 de marzo de 2007

Lunes 19 de marzo de 2007

Levante

BALANCE
Los vecinos piden participar en la organización de horarios
Se quejan de la mala orientación del escenario de conciertos
Alejandra Mariner, Castelló

Los portavoces de la Asociación de Vecinos del Bulevar Blasco Ibáñez y de la Associació Castelló Sense Soroll, José María Pertiñez y Tomás Verdejo, respectivamente, coinciden en señalar que el próximo año exigirán que la Junta de Festes cuente con las asociaciones vecinales más afectadas por las fiestas para consensuar las normas y horarios de determinados espectáculos a fin de garantizar el máximo posible el descanso de los residentes.

En este sentido, Pertiñez señala que «me parece una falta de respeto que este tipo de aspectos se decidan sin contar con las personas a quienes más les afectan las molestias que generan un gran número de eventos» . «En nuestra zona se ubican los actos más sonoros y que más concentración de gente reúnen, como son la feria de atracciones, el Mesón del Vino y el recinto de conciertos, pero parece que a la organización no le interesa este dato», añade.

De hecho, el portavoz de los residentes de este Bulevar afirma que el escenario de conciertos de este año «no podía estar peor orientado, de hecho, ha habido momentos que hemos llegado a medir hasta 70 decibelios dentro de casa, cuando el límite legal está en 35».

«Las fiestas evolucionan pero a peor, porque los actos son iguales pero el ruido es más fuerte y dura más tiempo», concluye .

Tomás Verdejo, por su parte, denuncia que «este año han sido numerosas las collas y las verbenas de calle que se han excedido en el horario establecido, por lo que muchos particulares han presentado denuncias» .

Al igual que Pertiñez, Verdejo insiste en la necesidad de que las asociaciones de vecinos participen en la elaboración de las normas y horarios festivos.

El Periódico

19/3/2007 LA RETIRADA DE UN PROYECTO LEGISLATIVO // RODRIGO CÓRDOBA
La boina y la bota de vino
Contra la ley del alcohol, bodegueros, viticultores y bastantes políticos han actuado como paletos
RODRIGO Córdoba*

La boina, noble y tradicional prenda que algunos la llevan con mucha dignidad no siempre es usada adecuadamente. Con la oposición mantenida a la ley del alcohol, los bodegueros, viticultores y bastantes políticos (de variado ropaje) se han mostrado como paletos con la boina enroscada hasta las cejas, al estilo del personaje del entrañable Paco Martínez Soria.

Con el cuento de que el vino es un alimento han conseguido por segunda vez que no se afronte con seriedad el grave problema del consumo de alcohol en los jóvenes. Por si alguno anda mal de memoria hay que recordar que la primera se la jugaron en 2002 al propio Rajoy (ministro del Interior por entonces) y su ley antibotellón. Las medidas propuestas en el anteproyecto habían acreditado un amplio consenso sanitario y social, incluido el de los consejeros de sanidad de todas las comunidades autónomas.

LA MINISTRA Elena Salgado y su equipo se han limitado a cumplir con sus responsabilidades lo cual en estos temas y en estos momentos tiene su mérito. Recordemos que estas medidas vienen recomendándose desde la reunión de ministros europeos de Estocolmo en 2001 y recientemente también desde la Comisión Europea y el Plan Nacional de Drogas.

No resulta aceptable aludir a una cuestión de oportunidad para justificar la retirada del anteproyecto. Es evidente que no se podía partir de la solemne falsedad de considerar que el vino no es una bebida alcohólica. El sector del vino jamás tuvo la intención de consensuar nada con la ministra de Sanidad sino boicotear todo tipo de regulación de las bebidas alcohólicas. Por otra parte no se puede esperar gran cosa de algunos sectores económicos y de su responsabilidad con los asuntos de salud.

LA MAYOR hipocresía de todas las posibles es reconocer que el problema es importante pero por otra parte negarse a que se tomen las medidas que todos los expertos sanitarios recomiendan para aproximar la solución: fiscalidad, control de la oferta y de la publicidad y educación de la ciudadanía en su conjunto (y no solo los menores).

Es sorprendente como el sector del vino se atreve a dar lecciones a los sanitarios sobre cómo solucionar con "educación" el problema del alcohol en los adolescentes. Me pregunto que dirían si los médicos les aconsejaran sobre cómo podar las viñas o cómo prevenir las plagas de filoxera. La mayoría que opinaron, incluidos muchos tertuliano y columnistas, no se habían dignado a leer el anteproyecto. El caso es que la retirada del anteproyecto supone dejar a los menores expuestos a las fauces del "mercado" y todos sabemos lo que eso significa. Que alguien nos cuente cómo puede competir la educación pública y escolar con los 377 millones de Euros (2004) que se gastan cada año en publicidad de bebidas alcohólicas en España. El Estado (incluidas las comunidades autónomas) no invierte en medidas de educación y prevención del abuso de alcohol ni la centésima parte de esa cantidad.

Es que el vino forma parte de la tradición, dicen. Si es cierto, la tradición de la bota y el porrón, de la cantidad más que de la calidad, del pan y vino para merendar, del mito de que el vino hace sangre o leche y no se cuantas tonterías mas. Seamos serios, la cultura del vino existe en Francia desde hace siglos. En España es un fenómeno bastante nuevo. En la España rural aún se glorifica el vino casero de 17 grados para acompañar las comidas que para mucha gente no tiene ni "punto de comparación" con el vino embotellado y elaborado. La nueva cultura española del vino elaborado no corría ningún peligro con el anteproyecto de ley. Nadie ha visto botellones juveniles a base da caldos de crianza o de reserva. Todo lo más, calimocho de tetrabrick. ¿Qué clase de cultura es la que se ha querido defender con esa oposición irracional al anteproyecto?

Algunos justifican que los menores consuman alcohol y hasta lo ven con gracia. Es un rito iniciático, dicen. Me temo que será un rito iniciático hacia una sociedad enferma. No pienso que los bodegueros y viticultores estuvieran complacidos de enterarse cómo sus hijas o hijos menores ingresan en urgencias por un coma etílico. Los efectos de emborracharse todos los fines de semana en la memoria y el rendimiento escolar son devastadores. El peligro de consumir una sustancia potencialmente adictiva, y el alcohol lo es, no viene tanto de la cantidad consumida (que también) como de la edad de inicio del consumo.

ESTA SANTA alianza entre el sector del vino y el alcohol y parte de la clase política puede proceder de que estos señores suelen compartir mesa, mantel y falta de responsabilidad cuando se trata de regular con seriedad las bebidas alcohólicas. En asuntos de salud los políticos deben tener en cuenta la opinión de los técnicos que entienden de esta materia y no permitir la interferencia de los sectores comerciales y de los asesores electorales que no tienen la menor idea de salud pública. Mientras no se planifiquen las cosas serias (y la salud pública lo es) para más allá de las próximas elecciones seguiremos teniendo una democracia inmadura, una democracia de boina y bota de vino.

*Doctor en Medicina. Miembro del Grupo de Expertos en Alcohol y de la Conferencia Nacional de Prevención y Promoción de la Salud.

La Voz de Galicia

VANDALISMO
Los vándalos se ceban con los colegios los fines de semana
Aprovechan la soledad de los inmuebles para causar destrozos
Se cuelan en los recintos para hacer uso de las pistas deportivas o celebrar botellones
Antía Urgorri | Ribeira

Fuera de las horas lectivas, los vándalos aprovechan la soledad de los centros educativos gallegos para colarse en los recintos, hacer gamberradas, resguardarse de la lluvia en los patios cubiertos e, incluso, celebrar botellones. Los docentes se encuentran los lunes con un panorama desolador: destrozos en el mobiliario, suciedad y cierres forzados. Una mayor vigilancia policial es la principal demanda de las comunidades educativas para poner coto a los continuos actos de vandalismo.

Desde que hace un mes la dirección del Sanjurjo de Carricarte, en A Coruña, puso cinco denuncias ante la policía por varios destrozos en el colegio, la situación está mucho más tranquila. «No se ha repetido, parece que ha habido más vigilancia de los agentes», señala la directora, Elena Vázquez. En su última visita a este centro, los gamberros rompieron cuatro cristales de un aula, realizaron varias pintadas y causaron otros desperfectos en el inmueble. La directora también confirma que algunos lunes se encuentran con desperdicios y restos de botellones: «Aprovechan sobre todo para estar en el patio cubierto». Otro centro coruñés, el Víctor López Seoane, también fue objeto de importantes destrozos el mes pasado.

La dirección del colegio de Palmeira, en Ribeira, incluso se ha visto obligada a entregar a los agentes locales una copia de las llaves del inmueble para que echen un vistazo los fines de semana. «É unha escola que se atopa un pouco afastada, polo que é fácil que entren sen que ninguén se dea conta», asegura la responsable del centro, Marisol Guevara.

Hace un mes, unos desconocidos entraron en el colegio ribeirense y rompieron a pedradas los cristales de la biblioteca y de la escalera. No es la primera vez que los gamberros hacen de las suyas en esta escuela. Guevara recuerda que, en varias ocasiones, el patio ha aparecido los lunes repleto de colillas y que incluso los profesores han encontrado artefactos hechos con algún líquido inflamable. Al parecer, los chicos los hacían estallar como una forma de diversión. ? Cometer actos vandálicos no es la única motivación que lleva a grupos de jóvenes a colarse dentro de los recintos educativos. Muchas veces simplemente saltan los cierres para echar un partido de fútbol o de baloncesto. Éste es el caso del instituto Alfredo Brañas, de Carballo. El director, Rafael Valiñas, explica que han tenido suerte: «Alguna vez han hecho alguna gamberrada, como romper un cristal, pero no es lo habitual. Lo que sí notamos los lunes son marcas de balones, lo que nos indica que han estado jugando en el recinto».

REACCIONES
Las familias son partidarias de que se abran los centros cuando no hay clase

Las familias de los escolares gallegos son partidarias de que los centros educativos sean aprovechados más allá de las horas lectivas. Así lo asegura la secretaria de la Confederación de APA de Centros Públicos de Galicia, Belén Riveiro: «Evidentemente, los colegios e institutos deberían estar abiertos a la sociedad. No pintan nada cerrados a partir de las seis de la tarde».

La representante de las agrupaciones de padres de alumnos cree que tanto los vecinos como los propios estudiantes podrían hacer un buen uso de las instalaciones educativas fuera del horario de clases. «No sólo se podrían utilizar las pistas deportivas, también las bibliotecas. ¿Qué hacen cerradas? De todas maneras hay colegios que ya están trabajando en este sentido», explica.

«Cuestión de educación»

Belén Riveiro piensa, además, que las gamberradas no se producen por la falta de lugares de ocio para los más jóvenes: «Habrá sitios en los que haya más que en otros. Lo que está claro es que los actos de vandalismo los iba a haber igual. Es una cuestión de educación. No sabemos si los gamberros tienen 16 o 30 años». Además, afirma que abrir los centros de enseñanza durante los fines de semana podría evitar muchos de los casos de destrozos que se producen en el interior de los colegios e institutos gallegos.

MEDIDAS
Concellos y Xunta optan por la instalación de mobiliario irrompible

Ante los continuos ataques de los fines de semana, tanto los concellos como la Consellería de Educación han optado por poner trabas a los gamberros. Así, en algunos colegios se ha instalado ya mobiliario irrompible. Las Administraciones se han decantado por esta medida después de ver cómo sólo unos días después de estrenar distintos objetos de juego, como canastas o columpios, éstos aparecían destrozados por completo.

Los patios cubiertos, una antigua demanda de las comunidades educativas gallegas para poder salir al recreo cuando llueve mucho, se han convertido en el lugar preferido de los vándalos para pasar las tardes o noches de los fines de semana. A la Xunta no le ha quedado más remedio que instalar verjas para evitar visitas no deseadas.

Hay también casos más graves. El material informático de las escuelas atrae a los ladrones. En el verano del 2005, en el Sanjurjo de Carricarte, unos desconocidos se colaron en el centro y se llevaron aparatos por valor de 10.000 euros. La misma suerte corrió hace unos meses la Escuela de Artes de Ribeira, donde robaron ordenadores, teclados y discos duros, y destrozaron el escáner, la cámara, la impresora, el vídeo y el DVD. Hace unas semanas, el colegio de Melide estuvo sin teléfono porque alguien cortó el cableado y destrozó tres ordenadores a pedradas.

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